miércoles, 21 de marzo de 2012

MARACAY: PALABRAS DE NELSON HERNANDEZ RAMIREZ EN LA CLAUSURA DE LA II CONVENCIÓN NACIONAL


Nelson Hernández

MARACAY
UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA
II CONVENCIÓN NACIONAL 
DEL CÍRCULO BIENVENIDA

PALABRAS DE NELSON HERNANDEZ RAMIREZ, PRESIDENTE DEL CAPITULO NACIONAL VENEZUELA DEL CIRCULO TAURINO AMIGOS DE LA DINASTIA BIENVENIDA, EN EL AC TO DE CLAUSURA DE LA SEGUNDA CONVENCION NACIONAL, EN MARACAY EL SABADO DIECISIETE DE MARZO DE DOS MIL DOCE. 

Llegamos al final de una grata jornada, caracterizada por la unidad y el compañerismo entre los dirigentes del Círculo Bienvenida de Venezuela. Lo hacemos con la conciencia del deber cumplido y de haber asumido cada hora de reunión, diálogo y análisis con entera responsabilidad y poniendo por delante ese sagrado compromiso que asumimos al jurar cumplir “con las obligaciones inherentes al cargo” el día de estreno de nuestra gestión. 

Todo cierre de una jornada es motivo de orgullo por haber desplegado con acierto una programación, la cual no representa un pequeño esfuerzo o trabajo, sino que se corresponde con muchos días de estudio y preparación, y que tiene numerosos elementos logísticos pocas veces apreciados. 

No es solo reunir un grupo y hacer una discusión o debate. No. Son constantes encuentros para definir fechas, nombres, comisiones, grupos, responsabilidades, tareas, concertar acuerdos con los conferencistas, muchas veces convencerlos, otras veces animarlos y en medio de todo, siempre el detalle faltante y el pequeño error o la omisión. 

En esta Segunda Convención hemos tenido el hecho singularísimo de que a nuestro lado estuvo como asociada la prestigiosa Universidad Bicentenaria de Aragua, con su equipo rectoral dando apoyo sin reservas, y soportando todos los movimientos organizativos desplegados por el Presidente del Comité Organizador, el Profesor Domingo Mora Márquez, abnegado, serio y honorable aficionado, de quien siempre tendremos la mejor expresión por ser un auténtico hombre con principios que lo emparentan con la Dinastía Bienvenida. 

Con Mora han estado amigos del Capítulo Maracay del Círculo Bienvenida y de la Peña Aficionados Taurinos de Aragua, en una suerte de encuentro de generaciones, de todas las generaciones taurinas, con un mismo pensamiento y un solo objetivo, hacer de la Convención un éxito, tan grato y ejemplar como el que hemos logrado. 

Ayer y hoy hemos reafirmado el carácter voluntario de nuestra militancia bienvenidista, el concepto de buena voluntad y rectitud que identifica cada paso y la precisión de que como aficionados no estamos ajenos a obligaciones impuestas por la defensa de nuestra pasión taurina, hoy sometida no solo a los ataques de no afectos, sino también golpeada por indiferencias, malas actitudes y empeños necios de muchos de los hombres y mujeres que están en uno u otro sector. 

Queda claro en esta Convención que no nos importa el tener que remar solos en un mar proceloso, porque tenemos la fortaleza que nos da la hermandad entre aficionados venezolanos, asistidos por la estimulante solidaridad española, ya conocida y muy apreciada, sino también por ese naciente fraternidad con los taurinos mexicanos, uno de cuyos buenos exponentes ha departido con nosotros. 

Dos días de jornadas fortalecen el asociacionismo taurino, nos han permitido renovar y refrescar cuadros dirigenciales, y nos han impulsado hacia derroteros distintos, gracias a las propuestas novedosas que han traído los capítulos venezolanos, cada vez más consustanciados con nuestros valores y principios, los mismos que como legado histórico ha dejado la Dinastía Bienvenida. 

Iniciativas distintas, novedosas, se incluirán en los programas de los meses venideros, de acuerdo a los anuncios y acuerdos logrados, pero también cada hora nos ha permitido tener mejores y mayores conocimientos, para ser cada día mejores aficionados, perfectamente imbuidos de los enormes retos de las venideras semanas. 

Factor clave es la feliz circunstancia de que pudimos reunir cinco ponentes internacionales de altísima calidad, para hacerlos alternar con otros venezolanos de relevantes méritos, entre los cuales debo destacar a miembros de nuestra Junta Directiva. 

Mención aparte corresponde al inicio formal y de buenos auspicios de nuestras publicaciones impresas, con la aparición del primer libro, ese recuento de nuestra gestión, hecho para preservar la identidad institucional y para poner en claro que si se trata de una actividad cultural, los libros no pueden estar ausentes. 

Los pasos que hemos dado han sido meditados, discutidos, analizados, asumidos y desplegados, sin secretos o mediatizaciones, y por ello se publican para que en el devenir haya constancia expresa de todo lo realizado. 

En medio de la Convención Nacional realizamos la sexta reunión del Capítulo Nacional Venezuela, por primera vez con asistencia mexicana, lo cual nos enorgullece, porque ya habíamos tenido presencia hispana en otras citas en Valencia, San Cristóbal y Mérida. 

En este encuentro de dirigentes capitulares se ha reafirmado el norte de nuestra misión, servir a la fiesta brava, pero también impulsar la solidaridad social que nos enseñaron los Bienvenida, especialmente nuestro paisano caraqueño Antonio. 

La tauromaquia tiene mucho de espectáculo y actividad mercantil, pero es también arte y cultura, y dentro de éstas últimas no escapa el elemento social, la solidaridad expresada no solo en palabras, sino en buenos afectos que ayuden a facilitar la vida y mejorarla a muchos ciudadanos, sean o no aficionados taurinos. 

Ese es el sendero que queremos recorrer y es por ello que mantenemos la propuesta hecha al Concejo Municipal de Caracas de reabrir el Nuevo Circo para celebrar festejos benéficos. Seguimos esperando la respuesta. 

Al cierre de la Convención, no podemos dejar de lago el homenaje que realizaremos al primer triunfador de la Feria Taurina de Maracay, nuestro querido Manolo Bienvenida, con el regalo de una estatua que dejamos al patrimonio cultural de la Ciudad de Maracay, junto con una versión en arcilla y revestimiento pulido de los carteles de ese siempre bien ponderada temporada de 1933, cuando el Presidente Juan Vicente Gómez inauguró la Plaza de Toros del Barrio Calicanto. 

Amigos y amigas, gracias por habernos acompañado, por darnos respaldo, por hacernos sentir que las ideas que seguimos no son para el regodeo personal, sino que representan nuestra misma existencia, porque como aficionados estamos llamados a defender y realzar la incomparable fiesta brava. 

Hasta la Tercera Convención. 

Fraterno abrazo para todos.



             

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