viernes, 22 de mayo de 2020

En la muerte de Pablo Martín Berrocal. Socio de Honor del Círculo T. A. Dinastía Bienvenida.



Plaza de Iñaquito. Quito, 6 de diciembre de 2010 /Fotografías La Loma

  Fallece Pablo Martín Berrocal, 'Socio de Honor' del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida.

El martes 19 del presente mes de mayo, y tras una larga enfermedad, ha fallecido a los 85 años de edad y en su domicilio de El Escorial-Madrid, Don Pablo Martín Berrocal, el que fuera  uno de los grandes empresarios del transporte de viajeros en autobús, GRUPO LA SEPULVEDANA. Su acendrada afición por la tauromaquia le llevó a desempeñar a una entusiasta y brillante labor taurina como ganadero, apoderado, y empresario, y muy especialmente en la plaza de Iñaquito de la capital ecuatoriana organizando la célebre Feria de 'Jesús del Gran Poder'.
Desde este medio, y en nombre de los dirigentes de nuestra asociación bienvenidista, Miguel Mejías "Bienvenida" y Fernando Claramunt, Junta directiva y resto de afiliados, lamentamos su muerte y expresamos nuestro profundo pesar a su esposa, hija y nietos, a los que nos unimos en el sentimiento de dolor al tiempo que elevamos una oración por el eterno descanso de su alma. Descanse en paz.
Juan Lamarca López
Vpte.1º

Madrid 2010. Acto de Premiación del Círculo Bienvenida
Pablo Martín Berrocal, El Juli, y Juan Lamarca

'Dinastía Bienvenida' blogspot
Madrid, 22 Mayo 2020 / Fotografías La Loma
Se nos fue el bueno de Pablo -bondad por encima de todo- en silencio con la misma discreción que sobrellevó su larga y penosa enfermedad vendiendo cara su muerte, "tragándose la sangre" cual toro bravo tras estocada traicionera. Su lucha amparada en todo momento por su querida familia hasta el final, y así rodeado por los suyos en amorosa comunión, en la mayor dignidad humana y en la tranquilidad de la fe cristiana recibió Pablo los santos sacramentos por el sacerdote amigo. Desde el cielo echará su mirada equidistante a dos monasterios, al de San Lorenzo del Escorial sobre la vertiente de la Sierra de Guadarrama, y al de San Francisco, en Quito, en las faldas del Pichincha. Un eje sobre el que ha girado la vida de Martín Berrocal. El amor a su tierra madrileña nunca le impidió su pasión por Quito, por sus gentes, por sus toros. Y así recogió el testigo, de manos de Luis Miguel Dominguín, para tomar la plaza de Iñaquito y llevarla hasta las más altas cotas de prestigio relazando su Feria Taurina de Jesús del Gran Poder hasta ser catalogada como "La Mejor de América". 


Pero antes, Pablo Martín Berrocal, había dado rienda suelta a su afición con su sempiterna presencia en las más importantes ferias de Europa y América, y añadiendo a su condición de abonado a las plazas de Las Ventas de Madrid y Maestranza de Sevilla, al tiempo de experimentarse en lo profesional taurino, junto con su hermano José Luís, en el apoderamiento de toreros como Dámaso González o Juan Mora, o como organizadores de determinas ferias españolas, y también como ganadero de bravo con el hierro de El Toril. 

Quito, siempre Quito, será el punto de inflexión de la vida de Pablo Martín Berrocal, la ciudad de los Andes que le deslumbró y de la que se erigió embajador in pectore y a su raclamo acudía su familia, sus amigos, toda gente del mundo del toro, de la cultura y de la información para los que la personalidad de Berrocal y la grandiosidad Quito eran una misma cosa. Y allí en Quito, precisamente, le llegó la hora de la penumbra por el zarpazo del terrorismo comunista, su secuestro por banda colombiana organizada conmocionó a un tranquilo Ecuador e hizo enmudecer a su capital. Un auténtico calvario el que le quedaba por sufrir al bueno de Pablo y que duró ocho meses hasta su liberación. Doscientos cuarenta días ignominia y humillación en su persona y una herida en su alma, y una llaga en su cuerpo que sería el punto de partida del deterioro de su salud.

Sin embargo la jovialidad de Pablo, su natural optimismo y su fraternal vínculo con Quito no le impidió volver al lugar de la desgracia vivida. la liberación de Martín Berrocal también supuso la liberación del ánimo encogido de los quiteños, y su vuelta a Ecuador causó un caudal de júbilo de aquellas buenas gentes que la estimaron como una oportunidad de "desagravio" de Quito a Don Pablo por el mal recibido; así lo demostraron continuamente allí donde lo veían: Don Pablo por aquí, Don Pablo por allá cuando se le cercaban personas incluso desconocidas. Una fotito con el niño, Don Pablito, le rogaban, qué Dios le bendiga Pablito...

Las recepciones oficiales, sociales y del mundo taurino se sucedían en honor a Don Pablo Martín Berrocal en el Municipio Metropolitano de Quito. En fin, todo muestras de cariño y respeto que le inundaban de felicidad y le estimulaban para reanudar su Feria de Jesús del Gran Poder, denominación, por cierto, que fue restituida por Berrocal al tomar la plaza de Iñaquito unos años antes de este 1990 y que para esa edición volcó todo su esfuerzo e ilusión. Con muy buenos mimbres contaba Martín Berrocal para gozar de la cotidiana tranquilidad necesaria como el apoyo inquebrantable de su propia esposa, Doña Blanca, la compañía de su segunda familia en Ecuador como Rosario Sánchez, "Charito", Augusto y María del Pozo, Edgar Terán, Jimena y su esposo Manolo Lozano, y alguno más de ese círculo íntimo. 
En lo taurino se fundía lo profesional con la amistad personal para el logro de la gran feria que todos deseaban...y todos con Pablo, todos con Quito y por Quito, subidos a una nave como CITOTUSA en la que Martín Berrocal contaba con el apoyo de un gerente de labor inestimable como José Luis Bruzzone y de un profesional con sello de aficionado de hueso colorado como César Rosero. 
La perenne sonrisa de Pablo se ensanchaba cuando gozaba del señorío de amigos y ganaderos como Marcelo y Carlos Manuel Cobo, Saúl Montenegro, Jano Villacencio o los hermanos Bermeo.

Todo el elenco taurino de Europa y América quería ir a la feria de Quito que junto con Cali era la mas deseada en aquel 1990.
El mundo de la información era efervescente, con las crónicas de Rodrigo Darquea, Manolo Franco, Gonzalo Ruiz, o Pepe Luis Castillo; las ondas radiofónicas salían al viento comandas por melodiosa voz de Carmen Toledo, y los programas televisivos en los grandes hoteles competían entre ellos con Humberto Jácome y Pedro Javier Cáceres, o Cristóbal Roldán con Alfonso Navalón. 

Todos juntos pero no revueltos, cada uno en su parcela, todos con Don Pablo y por la feria pero cada cual con su responsabilidad, la propia exigible en un acontecimiento taurino con dignidad para la corrida y respeto a la Ordenanza que no es más que el respeto a la fiesta y a los espectadores. Para ello la autoridad competente asignaba un equipo presidencial ejemplar coincidente con el buen criterio de Martín Berrocal que perseguía la seriedad en todos los aspectos de su organización empresarial. Así era Don Pablo y además gozando de la amistad de aquel inolvidable presidente Patricio Maldonado y su equipo de callejón con los Polo Rosero, Santiago Cano, o José Patricio Espinosa y...
En todos ellos quedó huella indeleble de respeto, gratitud y afecto a Don Pablo Martín Berrocal.


Ya huele a feria y la ciudad se convulsiona, han llegado los taurinos y aficionados de España y de paises americanos, de todos lados afloran gentes a los toros de Quito, peñistas y periodistas no se quedan atrás; alborozados encuentros, sonrisas, abrazos y para la plaza. Los que no han podido saludar a Don Pablo en el Hotel Quito Internacional esperan presurosos hacerlo en la plaza, aunque les cuesta llegar por las calles atascadas de carros, de multitud andante y puestos de venta de "sombreros para el sol y plásticos para la lluvia", carritos de bebidas y comida, fritanga, cueritos, chancho reventado, en fin se forma ¡la mundial! en los aledaños a la monumental plaza. Al aire el grito de de los "reventas" a la plata o al trueque, boletos de sol, boletos de sombra ¿qué sombra? y el que no...pues pensando en colarse preguntando por Don Pablo, pero todos a los toros ¡Como Dios manda! Como Martín Berrocal deseaba y por lo que luchaba.

Un 30 de noviembre de 1990, primer día de feria y reaparición de Don Pablo Martín Berrocal tras sus "vacaciones" como el solía referirse al tiempo de secuestro. Su entrada al coso de Iñaquito levantó tanta expectación como la de los toreros, siempre idolatrados en la América taurina. Ovación de gala para el empresario español cuando llega al callejón y entre abrazos y vítores desde los tendidos bajos ocupa su burladero. Estaba en su sitial, en su plaza. Alguna señora con los ojos húmedos de alegría exclamaba ¡Don Pablito ha vuelto! La sonrisa de Pablo va de oreja a oreja y saluda con emoción. Suenan los clarines y la plaza estalla de jolgorio. Empieza la feria de Jesús del Gran Poder  y con buen pie, la abre un ejemplar de Carlos Manuel Cobo para el novillero español Miguel Rodríguez. 

Martín Berrocal gustaba de hacer pronósticos y el caso es que solía acertar. Previamente refería algunos de los que se cumplieron en ferias anteriores: "No se preocupe Don Pablo que al que salga por chiqueros le corto las orejas, sea como sea" -le dijo Dámaso- ¡y se las cortó! para que la premonición de Don Pablo fuera cierta.

El empresario Berrocal auguró una gran feria y lo fue. No era difícil acertar dado que sobre el cartel anunciador así lo parecía. 

¡10 FESTEJOS 10! 6 Corridas de Toros. 3 Novilladas. 1 Espectáculo Cómico Taurino. Del 30 de Noviembre al 8 de Diciembre. Casi todo el abono vendido y ambientazo por los cuatro costados.
El portugués Víctor Méndes era la estrella del publico quiteño, de arrolladora y merecida popularidad; curiosamente era conocida sus amistad con el presidente de festejos Patricio Maldonado por lo que este declinaba presidir cuando actuaba el torero luso. ¡Un detallazo!

Numerosos fueron los brindis de los toreros a Pablo Martín Berrocal siendo recordado como el más emotivo el del matador José Luis Cobo, hoy empresario y ganadero.

Entre meritorias actuaciones de jóvenes y no jóvenes, entre locales y foráneos, al final acertó de nuevo Don Pablo que con su risa socarrona lo celebraba. Total, que la feria se la llevaron entre Roberto Dominguez, a pesar de "sus ascos al toro Licorero"; Curro Vázquez en la corrida de Puchalitola donde reaparecía en Quito desde la muerte de su suegro Domingo Dominguín años atrás en Guayaquil; y César Rincón fue el del sorpresivo e impactante triunfo en la última corrida, la de Santa Rosa, de aquel gran ganadero que fue Saúl Montenegro. 
Prácticamente un gran desconocido, el torero colombiano, que llegaba a Quito repuesto la gravísima cogida que había sufrido en Palmira. Pablo Martín Berrocal también le había pronosticado ese triunfo, y no se paró ahí sino igualmente le auguró  a César Rincón una carrera triunfal en España. Qué buen ojo solía tener Berrocal. Él lo sabía y se jactaba de ello con entrañable regocijo. 

Pues esa fue la Feria de Don Pablo, la de 1990. Fueron muchas más antes y después pero la de ese año supuso el reecuentro consigo mismo "tras su percance" en su Quito querido, y Quito le "pagó su deuda" con amor y respeto. 

Acto Homenaje a los presidentes de Plaza Santiago Cano y Mauricio Riofrío


Importante para nosotros y para la causa taurómaca fue la fundación del Capítulo de Quito del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida. Contribuyó a ello la vinculación de algunos de los integrantes de la famosa dinastía torera, como Ángel Luis y Juanito, la acogida de la familia Cobo, y el entusiasmo de excelentes aficionados  y amigos quiteños, siendo el apoyo de Don Pablo Martín Berrocal determinante. 

Adiós querido Pablo, adiós amigo. El bien que has hecho en la vida perdurará sobre tu memoria y pedimos a Dios que tu ejemplaridad nos ilumine. Descansa en paz que bien te lo mereces.

GRUPO SEPULVEDANA. Don Pablo Martín Berrocal recibe la Medalla al Mértito del Transporte Terrestre,
 de manos del entonces Ministro del Interior Jaime Mayor Oreja. (1997)

El ecuatoriano Álvaro Samper brinda a Pablo Martín Berrocal

Pablo Martin Berrocal entrega un trofeo al picador Braulio Almeida

Feria de Quito 2009. Martín Berrocal y el espada mexicano Joselito Adame

Canito, Pablo, y Javier Morales

Plaza de Iñaquito. Pablo Martí Berrocal con Manuel Benítez "El Cordobés" y Sacromonte

Juan Lamarca, el riobambeño José del Río, y Pablo Martín Berrocal

Toro indultado de 'Triana' de José Luis Cobo

Pablo Martín Berrocal y Carlos Manuel Cobo

Pablo Martín Berrocal en la plaza de Belmonte de Quito
Pablo Martín Berrocal y Álvaro Samper


jueves, 14 de mayo de 2020

Mérida-Venezuela.- En la muerte de Jorge Bustamante



Desde aquí, y en nombre de nuestros dirigentes Miguel Mejías "Bienvenida" y "Fernando Claramunt", así como de la Junta Directiva, expresamos nuestro profundo dolor y  sentidas condolencias a su  viuda de Doña Carmen, a sus hijos Jorge y Carmen, y a los amigos merideños a los que nos unimos en su triste sentimiento, al tiempo de elevar una oración por su alma con el ruego de que el Altísimo lo acoja en su seno. Descansa en paz, amigo Jorge, que te lo mereces de sobra.


Juan Lamarca López, 
Dinastía Bienvenida blogspot
Madrid, 14 de Mayo de 2020
Se nos fue el amigo Jorge, así en silencio, soprendentemente, dejándonos estupefactos al recibir la noticia de su muerte en la madrugada de hoy en su ciudad de Mérida que así se queda con un caballero menos pero dejándonos acá con un anclaje más con el imperecedero recuerdo de la bonhomía de sus gentes simbolizada en este caso en la ilustre persona de Don Jorge Bustamente Calderón, Presidente de COREMER, expresidente de la Comisión Taurina del Municipio Libertador de Mérida, y miembro distinguido del Capítulo merideño del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida

Jorge Bustamante en los Coloquios de Tauromaquia de Mérida, del profesor Fortunato Gonzalez, con la participación del Círculo Bienvenida.Juan José Guerrero, Arzobispo Mons. Baltazar E. Porras, Francisco de Jonh, , Enrique Ponce, Jorge Bustamante, y Fortunato González.

Durante mas de tres lustros, desde la cordial y gentil acogida del Círculo Bienvenida por la Ciudad de los Caballeros, nuestro querido amigo Jorge se ha mostrado como hontanar de amistad y torería. Su condición de hombre cabal, como un crisol de principios y valores, nos regaló su ejemplaridad de conducta reflejada en su entorno familiar, social, y oficial a través de los cargos desempeñados y siempre enarbolando el estandarte de la dignidad e independencia frente a ataques a sus derechos fundamentales individuales y colectivos que le llevó a un firme  posicionamiento en pro de la  libertad de la ciudadanía merideña para así constituirse  también en luminoso faro para el fomento y divulgación de los valores de la tauromaquia, de su cultura y sus corridas de toros, un auténtico bastión en defensa de la Fiesta brava y de la Feria del Sol de Mérida. en una época tan difícil y problemática como la actual.


El ejercicio de la presidencia de COREMER, aunque breve, ha servido para dejar una estela del buen hacer, modelo de gestión y consciente responsabilidad en la explotación de la plaza de toros 'Román Eduardo Sandía'. E inolvidable será el paso de Jorge Bustamante por la Comisión Taurina Municipal, encomiable grupo de SEÑORES con los que Jorge Bustamante formó piña en el desempeño de sus labores reglamentarias cuya culminación alcanza el palco de la plaza de toros, la presidencia del festejo, del estallido de la fiesta que supone la corrida de toros, y ha sido ahí, también, donde la excelsa función en el palco de Jorge Bustamante al calor de una "cuadrilla de lujo" elevó el ejercicio de la presidencia a las más altas cotas de dignidad y prestigio, y contribuyendo con ello también al de la Feria del Sol.

Su especial dedicación, como miembro de la Comisión, junto con la banda musical La Mesa de Los Indios del maestro Rangel, ha hecho historia con la preparación y celebración de los fastuosos conciertos pre feria en el auditorio del Country Club de Mérida. Siendo otro motivo más de afectuosa vinculación entre los miembros del Círculo bienvenidista y Jorge Bustamante el de ser este el artífice del estreno y grabación del pasodoble "Dinastía Bienvenida" compuesto por la afamada Doña Elvira Checa

Juan Lamarca recibe un galardón para el Círculo Bienvenida de manos de Zelón Peña y Jorge Bustamante.
Concierto de Pasodobles por la Banda la Mesa de los Indios.

Pues ahí va en tu honor y gloria nuestro pasodoble, nuestro himno de fraterna hispanidad y amor a la tauromaquia como símbolo de perenne y memorable recuerdo a tu persona, y es que tú, querido Jorge, en definitiva y fundamentalmente has sido eso: buena persona.



Desde aquí, y en nombre de nuestros dirigentes Miguel Mejías "Bienvenida" y "Fernando Claramunt", así como de la Junta Directiva, expresamos nuestro profundo dolor y  sentidas condolencias a su  viuda de Doña Carmen, a sus hijos José Antonio, María Eugenia y Carmen Sofía, y a los amigos merideños a los que nos unimos en su triste sentimiento, al tiempo de elevar una oración por su alma con el ruego de que el Altísimo lo acoja en su seno. Descansa en paz, amigo Jorge, que te lo mereces de sobra.


Jorge Bustamante en la entrega del Sol de Oro a Jesús E. Colombo triunfador de la última Feria de Mérida.
Acompaña el Alcalde Alcídes Monsalve y el empresario Juan José Guerrero.

Jorge Bustamante rodeado de sus compañeros de la Comisión Taurina


Jorge Bustamante en un acto de Premiación de la Feria del Sol



lunes, 4 de mayo de 2020

En la muerte de José Ángel Galán

En nombre de nuestros dirigentes, Miguel Mejías "Bienvenida y Fernando Claramunt, Junta directiva y socios del Círculo Bienvenida, expresamos nuestro más sentido pésame a la familia del amigo fallecido José Ángel -vaya un fraternal abrazo para nuestro querido Eladio- y elevamos una oración por el eterno descanso de su alma. Que Dios lo tenga en su gloria.


Madrid, 4 de Mayo de 2020
Otro día más de tristeza y dolor para los amigos bienvenidistas por causa de la muerte de José Ángel Galán Cáceres victima del Coronavirus tras haber estado luchando por sobrevivir durante cuarenta y cinco días ingresado en la Clínica de la Luz, de Madrid.

Muy duramente está golpeando la pandemia que asola España a nuestra entidad, Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida, por la que varios de sus integrantes han sufrido la grave infección, felizmente superada, y a otros le ha costado la vida como a los recordados, Justo Avilés, Manolo Navarro, o Marcos Martín y a los que se une en la luctuosa lista el bueno de José Ángel, el cual proyectó su afición taurina integrándose en el Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida de la mano de su colega de abogacía y entrañable amigo, José Ramón García, nuestro secretario general, y con él su hermano el magistrado juez, Eladio Galán. Con otros colegas del ámbito jurídico formaron un importante y definido grupo cariñosamente denominado "la mesa de la justicia" muy paticipativo en cuantas actividades se celebraban, y algunos de ellos formando parte tal como José Ángel Galán del jurado para los distintos premios y galardones establecidos por el Círculo Bienvenida.

Profunda pena nos produce su fallecimiento y honda es la huella de ejemplaridad de José Ángel Galán que deja en nuestros corazones. Su sentido de amistad, caballerosidad, españolía, y bondad -fundamentalmente fue una buena persona- nos queda como indeleble recuerdo.

En nombre de nuestros dirigentes, Miguel Mejías "Bienvenida y Fernando Claramunt, Junta directiva y socios del Círculo Bienvenida, expresamos nuestro más sentido pésame a la familia del fallecido amigo José Ángel -vaya un fraternal abrazo para nuestro querido Eladio- y elevamos una oración por el eterno descanso de su alma. Que Dios lo tenga en su gloria.

Juan Lamarca López
Vpte. 1º

viernes, 1 de mayo de 2020

Morante de la Puebla: «Televisar corridas sin público es un sacrilegio»


José Antonio Morante, en su confinamiento en La Puebla del Río

«No confío nada en este Gobierno, redirigido por Pablo Iglesias, reacio al mundo del toro»

--El genio sevillano reflexiona sobre la situación de España y la Fiesta: «Los toros volverán cuando la gente recupere su alegría»

«Televisar corridas sin público es un sacrilegio»

ABC, MADRID, 30/04/2020
El arte volverá a hacernos libres. A su tiempo, cuando todo pase, cuando los abrazos pierdan el miedo. Se destapará entonces el misterio sin versos sueltos ni nueve metros cuadrados de por medio, la torería de José Antonio Morante (La Puebla del Río, 1979) saldrá de la fragua y una verónica servirá para soñar en la soledad del confinamiento.

—¿Volverán los toros?

—Por supuesto, cuando la salud de todos mejore, cuando la ciencia encuentre una vacuna y la gente recupere su alegría y el acercamiento social. Para qué quieren que haya toros ahora, si hay miedo y cuando una persona ve a otra se cambia de acera para no cruzarse. ¿Cómo les vas a vender una entrada entonces para una corrida? Hay una psicosis con fundamento. La gente va a tardar un tiempo en coger confianza, en ir a fiestas, en relacionarse.

—Los toros se han incluido en la fase 3 de la desescalada cultural, siempre que haya nueve metros cuadrados por espectador. ¿Cómo ve la medida?

—Eso son pamplinas. Todo una ruina, pero, aunque no sea factible dar toros así, es un pasito más.

—Se habla de la posibilidad de televisar corridas sin público. ¿Qué opina?

—No estoy de acuerdo. El toreo es cultura, una fiesta donde el público forma parte fundamental del propio acontecimiento. Frente a esta crisis que nadie podía esperar, todos intentan aportar ideas, unos dicen una cosa y otros, otra. Puede que yo no tenga razón, pero al ver que esa idea de televisar toros va hacia delante, me he preocupado. 
Para mí entraña un peligro grande: cuando las cosas se manipulan es posible que luego no regresen a la normalidad de antes. A Romero le decía Rafael de Paula que había que saber esperar en las tardes malas. Y en este tiempo malo, en estas tardes malas, hay que saber esperar. Esto no es un deporte, donde además la tele tiene muchos patrocinios y se puede mantener de otra forma. El toro no los tiene y el dinero que las televisiones dan por corrida es ridículo.

«Yo intento ser guardián y vigía para mantener la tradición; cuanto más antigua, mejor; cuanto más esencia, mejor»

—¿Esos euros no son clave para mantener ciertas ferias y honorarios?

—Es un dinero ridículo. Por tema económico no tiene ningún sentido. Pero a veces se pone en una balanza si interesa que todos puedan ver las corridas.

—¿Y si peligrase la plataforma y la conexión con los aficionados?

—El canal Toros de Movistar+ puede hacer infinidad de reportajes para mantener a los abonados activos y contentos. Y no tiene por qué ser dar una corrida sin público, que es un sacrilegio. Tampoco se puede repetir mil veces una corrida. Hay mucho que hacer: reportajes de la naturaleza, los pájaros, el agua, la lluvia... O un tentadero, que es de las cosas más íntimas y apreciables que se pueden retransmitir, para que los aficionados conozcan cómo tienta cada ganadero, qué tipo de secretos utilizan, su estilo, la forma de embestir. Todo eso está ahí. Hay que sacar las cámaras al campo. Que no haya toros este año tampoco es el fin del mundo, que algunos hablan como si se fuera a acabar. Aunque no podemos compararnos a un deporte mundial, si no se dan partidos, ¿se va a acabar el fútbol? Imagínese una feria con sus casetas vacías. ¿Qué sentido tiene? No debemos caer en eso.

Morante, ordeñando una cabra

—¿Estaría dispuesto Morante a dejarse televisar en un tentadero?

—Sí, siempre que se mantenga el misterio, lo permitiría. Sería imprescindible vivir la esencia, con mucho respeto y atento a la voz del ganadero. Lo que no me gusta es que se esté comentando todo el tiempo.

—¿Ve a la televisión pública dando un paso al frente?

—La cadena pública debería tomar conciencia de volver a retransmitir toros cuando se recupere la vida normal, pero con este Gobierno, nada partidario, habrá que esperar.

—Se respira un ambiente de división de opiniones con el asunto televisivo. ¿Cuál es el sentir de sus compañeros?

—Hablo poco con ellos. Como muchos piensan lo que piensan, al obtener mi negativa con las corridas televisadas sin público, ya no me llaman más. Mi deber es decir que no estoy de acuerdo.

«No confío nada en este Gobierno, redirigido por Pablo Iglesias, reacio al mundo del toro»

—¿Dónde queda eso de renovarse o morir?

—Si se reinventa algo, ¿cómo le das la vuelta luego? Yo intento ser guardián y vigía para mantener la tradición; cuanto más antigua, mejor; cuanto más esencia, mejor. Con tantas penurias de la gente, con tantas personas que lo están pasando muy mal, lo de menos es celebrar. Y los toros son celebración.

—¿Cómo está afectando esta crisis al sector taurino?

—Los ganaderos son los que más sufren. Alimentan a los toros de su bolsillo. Los empresarios han hecho ya una inversión en Valencia, Castellón, Sevilla... Han gastado su dinero en publicidad. Verdaderamente, tienen un panorama inmediato dramático. Todos estamos perjudicados, pero al igual que los otros sectores del mundo cultural. Y como somos cultura, el rito de la lidia y muerte no lo podemos hacer por algo económico. La cultura es algo más profundo.

—Esta temporada no parece fácil que vayan a sonar los clarines.

—A ver qué pasa a partir de agosto. Si no hubiese este año, esperemos que sí haya el próximo. Es cuestión de saber sufrir, para empezar otra vez, a lo Unamuno: «Decíamos ayer...» Me da mucho miedo que el mundo del toro caiga en un mundo de espectáculos deportivos y se trunque la relación con los pueblos. García-Trevijano decía que cuando los pueblos dejan de comunicarse, la cultura deja de existir. El público es imprescindible. Hay que saber esperar.

«Hago de albañil, de pintor, de carpintero, quito y pongo cuadros, hago de fontanero, de electricista, ordeño cabras...»

—Estará loco por volver a torear.

—No tengo ningunas ganas. Ningunas. Le mentiría si dijera lo contrario.

—¿Y a qué se dedica durante el confinamiento?

—Me cuido, intento mantenerme delgadito y fuertecito. Hago de albañil, de pintor, de carpintero, quito y pongo cuadros, arreglo un suelo, hago de fontanero, de electricista, ordeño cabras... Siempre muy pendiente de la actualidad política y sanitaria. Admiro mucho a los sanitarios y a nuestras fuerzas del orden, pero lo que no salgo es a aplaudir a las ocho de la tarde. No me apetece.

Guarda silencio. Piensa el sentimiento, siente el pensamiento morantista. La voz callada da paso a una reflexión: «Me preocupa el tema de las puyas, actualmente se usa una excesiva. Prefiero una menor, con las cuerdas de antiguamente y ese tope de antaño. Así el toro iría muchas más veces al caballo porque el torero lo pondría más. Fíjese que lo que digo va en contra de mi acomodo, pero sé que es fundamental para recuperar la suerte de varas. Ahora, antes de que llegue el toro, ya estamos diciendo al picador que levante el palo. “¿Para esto te he traído yo tan lejos?”, le digo cuando estamos en América. Quiero recuperar este tercio con la puya más pequeña».

«Quiero recuperar la suerte con una puya con el tope de antaño. El toro iría más veces al caballo»

—¿Algún puyazo al Gobierno?

—Creo que la crisis se ha atajado demasiado tarde y tampoco la Unión Europea, que no me gusta con tanta burocracia, ha sido estricta. Cuando se comparten culpas, todo queda en agua de borrajas. Aunque me siento muy orgulloso de ser andaluz, tampoco soy partidario del tema de las autonomías. Crean patrias chicas y separatismos como los que sufre España. En lo taurino, los empresarios no pueden tener una carga tan fuerte. Hay que reducir costes. Las plazas públicas no pueden convertir los concursos en una subasta económica, que es lo que han sido hasta ahora.

—¿Qué impresión le causa el trato del Ministerio de Cultura a la Fiesta?

—No sabemos si hablan de verdad o de mentira, pero no puedo decir nada en contra del ministro. En quien no confío es en el Gobierno, redirigido por Pablo Iglesias, reacio al mundo del toro, y con Pedro Sánchez de presidente, que dijo que nunca le verían en una plaza.

—¿Dormiría usted tranquilo con Iglesias en su cuadrilla?

—Habría que preguntarle a Pedro Sánchez qué tal las noches con Pablo.