lunes, 29 de septiembre de 2014

LAS ROZAS: El CÍRCULO TAURINO 'BIENVENIDA' CONVOCA LOS TROFEOS DE LA FERIA DE SAN MIGUEL.

Plaza de Toros de Las Rozas, El Montecillo

CÍRCULO TAURINO AMIGOS 
DE LA 
DINASTÍA BIENVENIDA
-Capítulo de Las Rozas de Madrid-

Magnífica obra municipal es la de Plaza de Toros de Las Rozas que abrió sus puertas en mayo de 2011,conocida como el Centro Multiusos El Montecillo dado que permite la realización de gran variedad de espectáculos.

El moderno y funcional edificio que lo conforma una plataforma horizontal cerrada, se desarrolla en tres plantas. Cada una de ellas tiene uno o varios accesos desde las calles, adaptándose los niveles a los usos y a la topografía, y dotada con un aforo de 5000 espectadores, y clasificada reglamentariamente de 3ª categoría.

Es de destacar la labor del alcalde popular de Las Rozas, José Ignacio Fernández Rubio, muy bien valorada por el conjunto vecinal, y que no regatea esfuerzos en apoyo de la Fiesta Nacional en consideración al legítimo derecho de sus ciudadanos y en reconocimiento de un ancestral valor histórico cultural como es la tauromaquia regulada, fomentada y protegida por la Ley que la declara patrimonio cultural de España y cuya máxima manifestación la culmina la celebración de las corridas de toros.

El reconocido edil roceño, José Fernández Rubio, ya mostró su respeto a la cosa taurina en su anterior mandato al frente de municipio serrano de Guadarrama donde logró la celebración durante las fiestas patronales de importante ciclos de novilladas con carteles de máxima categoría donde la seriedad de gestión iba pareja al prestigio de los hierros que se anunciaban y al buen trapío e integridad de las reses que se lidiaban.


CONVOCADOS LOS TROFEOS TAURINOS 
FERIA TAURINA DE SAN MIGUEL 2014
  • "Fábula Taurina" para el matador triunfador
  • "Fábula Ganadera" para el mejor toro o encierro completo
  • "Pepe Bienvenida" a la mejor estocada

Gabinete de Prensa del C.T.A.D.B.
Madrid, 28 de Septiembre de 2014.- La junta directiva del Capítulo de Las Rozas del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida, con sede en las dependencias del restaurante 'El Rocío', con su presidente al frente, Manuel Polo Losana, ha convocado una nueva edición de los trofeos instituidos para triunfadores de la Feria de San Miguel de la ciudad madrileña de Las Rozas, y que consisten en la "Fábula Taurina" para el matador triunfador, la "Fábula Ganadera" para el mejor toro o encierro completo lidiado, y "Pepe Bienvenida" a la mejor ejecución de la suerte suprema.

A tal efecto y para le deliberación y fallo de estos premios ha sido constituido el correspondiente jurado:

Presidente:
Miguel Mejías 'Bienvenida'

Secretario:
Manuel Polo Losana

Vocales:
Pablo Amaro Ruiz
Carlos Miguel Corrales Hernández
Francisco Fraiz Sánchez
José Ramón García García
Manuel Hueso Díaz
Javier Hurtado Gutiérrez
Juan Lamarca López
Javier Morales Fernández

Edificio del Ayuntamiento de Las Rozas

domingo, 28 de septiembre de 2014

LAS ROZAS DE MADRID: El torero Juan Mora vuelve a su plaza en la feria de San Miguel.




El torero Juan Mora vuelve a su plaza de Las Rozas

La feria taurina de San Miguel 2014 tendrá dos corridas de toros y un festejo de recortes

El Ayuntamiento de Las Rozas ya ha definido los carteles de la feria taurina de San Miguel 2014, que en esta edición contará con dos corridas de toros -una de ellas mixta- un concurso de recortes y una becerrada popular, además de los tradicionales encierros. Este año destaca en los carteles la presencia del matador Juan Mora, vecino de Las Rozas, que vuelve al coso roceño tras conseguir los máximos trofeos en su última aparición.




Los festejos comienzan el martes 30 de septiembre a las seis de la tarde con una gran corrida con toros de la ganadería Montealto para la atractiva terna formada por Eugenio de Mora, Joselito Adame y Alberto López Simón, tres toreros que se encuentran en un gran momento. Ese mismo día, a las 21 horas, se ofrecerá una becerrada popular para los aficionados del municipio. Al día siguiente, 1 de octubre, también a las seis, se celebrará una corrida mixta en la que junto a Juan Mora alternarán dos de los grandes triunfadores de la temporada: el rejoneador Sergio Galán y el diestro Daniel Luque, que lidiarán reses de las ganaderías de El Pilar y El Canario para los rejones. Por último el jueves 2 de octubre hay previsto un concurso de recortes de nuevo con toros de Montealto.

Los tradicionales encierros se correrán el martes 30 de septiembre, el miércoles 1 de octubre y el jueves 2 de octubre, por el itinerario habitual, desde la avenida del Caño hasta la plaza de toros. Como novedad este año, el inicio de este festejo se retrasa una hora, a las 11 de la mañana, para facilitar la presencia de un mayor número de vecinos a su celebración.

Los precios de las entradas para las corridas son 10 euros la general y 30 euros en barrera, mientras que para el concurso de recortes se ha establecido un único precio de 5 euros y la becerrada popular es gratis. Existe un abono por 20 euros que permite acceder a los tres festejos de pago. Las localidades pueden adquirirse en la taquilla de la Plaza Mayor y en las taquillas del Centro Multiusos el mismo día del festejo.
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sábado, 27 de septiembre de 2014

MÉXICO. EL CÍRCULO BIENVENIDA EN MESAS REDONDAS PARA CELEBRAR EL XXX ANIVERSARIO DE BIBLIOFILOS TAURINOS DE MEXICO.



"...De acuerdo con la vocación de promoción y divulgación de la cultura taurina y sus diversas expresiones históricas, artísticas, teóricas y literarias, Bibliófilos Taurinos de México, El Circulo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida, Capítulo México y El Centro Deportivo Chapultepec..."

MESAS REDONDAS PARA CELEBRAR EL XXX ANIVERSARIO DE BIBLIOFILOS TAURINOS DE MEXICO


BOLETÍN DE PRENSA
México, D.F., a 26 de septiembre de 2014
De acuerdo con la vocación de promoción y divulgación de la cultura taurina y sus diversas expresiones históricas, artísticas, teóricas y literarias, Bibliófilos Taurinos de México, El Circulo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida, Capítulo México y El Centro Deportivo Chapultepec:

Se complacen en invitar a toda la comunidad taurina a sus mesas redondas, para celebrar el XXX aniversario de la fundación de Bibliófilos Taurinos de México, las cuales se llevarán a cabo en el Foro Cultural Chapultepec, ubicado en Av. General Mariano Escobedo 665 colonia Anzures, Ciudad de México, los miércoles 1,8, 15 y 29 de octubre a partir de las 19:00 hrs.

La primera mesa redonda será el 1 de octubre en la que se tratará el tema: “La Situación actual de la fiesta brava en México” y será moderada por Mario Urosa Mendoza quien estará acompañado por: Rafael Cardona, Antonio Urrutia, Joaquín Ordoñana y Jorge Espinosa de los Monteros.

El tema del 8 de octubre será “La literatura taurina” moderada por Eduardo Heftye Etienne.

El 15 de octubre se abordará el tema “Nuevos encastes en el campo mexicano” moderada por José Antonio Villanueva Lagar.

Finalmente cerrarán las mesas el 29 de octubre con el tema “Plástica y tauromaquia” y la moderación estará a cargo de Óscar Matcháin Martínez.


VENEZUELA: El Círculo Taurino Bienvenida en la Población de Zea.











viernes, 26 de septiembre de 2014

“Paquirri”: 30 Aniversario de su paso a la inmortalidad / por Rafael Dupouy Gómez



"...Admirable y torera fue la manera como afrontó sus últimos momentos de vida en aquella enfermería sin recursos. Cuánta hombría, serenidad y valentía ante el fatal desenlace que se le avecinaba. Por primera vez, las cámaras de televisión mostraron al mundo la tragedia ocurrida en una plaza de toros con su realismo, crudeza y verdad, demostrando que los toreros salen a jugarse la vida cada tarde en ese escenario en donde se muere de veras..."

“Paquirri”: 30 Aniversario de su paso a la inmortalidad

Rafael Dupouy Gómez
Caracas, 26 de Septiembre de 2014.-
El valeroso diestro Francisco Rivera “Paquirri” entregó su vida, luego de la terrible cornada que le produjo el toro “Avispado” de la ganadería de Sayalero y Bandrés, el 26 de septiembre de 1984, en Pozoblanco.

Se cumplen 30 años, de aquel fatídico día miércoles, 26 de septiembre de 1984, cuando quedaron grabadas para siempre en nuestras retinas, aquellas dramáticas imágenes de la gravísima cornada que le costó la vida al gran matador de toros Francisco Rivera “Paquirri”. 

Admirable y torera fue la manera como afrontó sus últimos momentos de vida en aquella enfermería sin recursos. Cuánta hombría, serenidad y valentía ante el fatal desenlace que se le avecinaba. Por primera vez, las cámaras de televisión mostraron al mundo la tragedia ocurrida en una plaza de toros con su realismo, crudeza y verdad, demostrando que los toreros salen a jugarse la vida cada tarde en ese escenario en donde se muere de veras.

“Paquirri” se destacó por ser un diestro de raza con unas facultades asombrosas. Era un torero muy disciplinado que se entrenaba como un verdadero atleta. Durante la lidia, se compenetraba tanto con el toro que parecía establecer un diálogo directo con él en el ruedo. Eran características sus temerarias largas cambiadas de rodillas con el capote para recibir a sus enemigos. Su toreo de capa se distinguió por su variedad y quietud. Incluía vistosos y ajustados quites por chicuelinas y gaoneras. También solía llevar al toro al caballo con un magnífico galleo que gustaba mucho al público por su hermosa y vistosa ejecución. Realizaba con habilidad y perfección todos los tercios de la lidia. Especialmente en banderillas era alegre, variado y espectacular. Sus pares al quiebro en los medios eran de una gran exposición. Con la muleta demostraba un dominio y una técnica asombrosa. Ligando derechazos, naturales corriendo la mano y mirando al tendido, pases en redondo, de pecho, molinetes, trincherazos que demostraban su tremendo poderío ante la cara de sus enemigos. Se entregaba ejecutando la suerte suprema, logrando eficientes y certeras estocadas. No se dejaba ganar la pelea por nadie en el ruedo. 

Su valor y pundonor eran extremos. Sentía realmente el toreo en sus venas. En algunas entrevistas confesaba que cuando él toreaba, lógicamente, no establecía ningún diálogo de palabra con el toro, pero en varias ocasiones, el toro le decía con sus gestos y reflejos el tipo de lidia que requería y debía hacerle. Se llegaba a compenetrar tanto con el toro, que luego de realizar una gran faena, sentía lastima de tener que matarlo. Sobre las cornadas, decía que las peores las daban los seres humanos. 

“Paquirri” sufrió aproximadamente unas 26 cornadas. Todas las tardes que se vestía de luces, se entregaba por completo en el ruedo, exponiendo su figura al máximo, sin pensar el peligro que corría de recibir un grave percance como el que le ocurrió, el 21 de abril de 1978 en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Ejecutando un arriesgado par de banderillas en los medios, un astado de la ganadería de José Luis Osborne, le empitonó de mala manera partiéndole los muslos. Perdió mucha sangre y le quedaron secuelas físicas como consecuencia de esas heridas.

A Francisco Rivera “Paquirri”, le conocí personalmente cuando acompañé a mi abuelo Florencio Gómez Núñez, a mi madre Rosa Elena y mis hermanos Juan Florencio y Miguel Antonio para presenciar la corrida del 50° Aniversario de la Maestranza de Maracay en 1983. Ese día se organizaron actos y homenajes especiales para conmemorar tan importante fecha histórica. Componían el cartel, Francisco Rivera “Paquirri”, José Nelo “Morenito de Maracay” y Tomás Campuzano. Las reses lidiadas fueron venezolanas en un concurso de ganaderías. A “Paquirri” le tocó el peor lote y no pudo sacar provecho a los toros que le correspondieron en suerte. Brindó la muerte de su primero a don Pepe Amorós quien vino, especialmente, desde España como invitado de honor ya que había actuado en la segunda corrida de la inauguración de la Maestranza de Maracay en 1933. 

“Morenito de Maracay” fue el triunfador, cortando dos orejas. Tomás Campuzano derrochó valor y clase, brindándole a mi abuelo Florencio Gómez Núñez su faena. Campuzano estuvo muy voluntarioso y recibió una merecida oreja. Los ganaderos nacionales rindieron un bello homenaje en la Maestranza, enviando astados de las mejores divisas del país.

Al finalizar la corrida, el matador de toros retirado don Pepe Amorós, nos manifestó que fuéramos a saludar a “Paquirri”, que se alojaba en el hotel Maracay. Aceptamos de inmediato su invitación y nos dirigimos todos en nuestro coche. Al llegar al hotel, don Pepe Amorós nos sugirió que no llamáramos por teléfono a “Paquirri”, sino que subiéramos directamente con él hasta su habitación. Don Pepe Amorós, tocó la puerta del cuarto y le atendió el mozo de espadas de “Paquirri”. Don Pepe le dijo: “Aquí me acompaña mi gran amigo don Florencio Gómez junto con sus nietos, que vienen a conocer y a saludar a “Paquirri”, ¿se podrá ver al matador?”. El mozo de espadas le dijo: “En este momento no se puede don Pepe, porque se está bañando, pero él me mandó a decirles que, por favor, lo esperen abajo en la cafetería, que tan pronto pueda, él baja a saludarlos”.

Bajamos a esperarlo en la cafetería del hotel y, al poco tiempo, apareció el maestro Francisco Rivera “Paquirri” con el pelo engominado y la mirada profundamente azul, acompañado por su apoderado Juan Carlos Beca Belmonte quien señalando a mi abuelo Florencio, le preguntó a “Paquirri”: ¿Conoces a este personaje?, a lo que “Paquirri” contestó: “Cómo no lo voy a conocer, si fue el que hizo la Maestranza de Maracay”. Nos llamó la atención el gran cordón de oro del Cristo de las Tres Caídas, que colgaba en su pecho. Era impresionante por su belleza.

Conversamos con “Paquirri” de toros, del lote que le correspondió esa tarde que presentó mucha dificultad para la lidia. Mi abuelo Florencio habló sobre la gran amistad que tuvo con Juan Belmonte, ya que Juan Carlos Beca Belmonte, el apoderado de “Paquirri”, era nieto del “Pasmo de Triana”. “Paquirri”, se mostró serio y atento escuchando lo que les relataba mi abuelo, mientras nos firmaba un autógrafo. 

Autógrafo de Francisco Rivera “Paquirri” a los Hnos. Dupouy Gómez. Maracay, Venezuela, 1983. (Archivo: Hnos Dupouy Gómez) 

Después de despedirse de nosotros, se retiró hacia donde se encontraba Isabel Pantoja, su novia en ese momento, y agarrados de la mano, muy enamorados, se fueron caminando por los pasillos del Lobby del hotel Maracay.

Plasmado quedó su autógrafo como recuerdo imborrable de nuestro agradable encuentro con “Paquirri”. Siendo uno de los toreros activos con más veteranía y seguridad, nos sorprendió y conmovió lo que le ocurrió en Pozoblanco el año siguiente. 

En vísperas de finalizar la temporada, “Paquirri” se encontraba fuera de forma. Había ganado bastante peso y su padre le aconsejó que pensara en la retirada definitiva. Pero el diestro todavía se sentía muy seguro y a gusto toreando, disfrutando lo que más amaba. Sin embargo, pensó en despedirse del toreo en su finca “Cantora”, invitando a sus familiares y amigos íntimos, pero se anticipó la tragedia de Pozoblanco y no pudo cumplir el deseo de cortarse la coleta en su querida y hermosa finca.

La tarde trágica de “Paquirri” en Pozoblanco

Llegó aquella tarde fatídica en la plaza de toros de Pozoblanco, durante las ferias y fiestas de Nuestra Señora de las Mercedes, celebrada del 23 al 29 de septiembre de 1984. Correspondió al veterano matador Francisco Rivera “Paquirri” participar en la corrida celebrada, el 26 de septiembre de 1984, en compañía de los jóvenes diestros José Cubero “El Yiyo” y Vicente Ruiz “El Soro”. Se lidiaron seis bravos toros de la ganadería de Sayalero y Bandrés, de Algeciras.

“Paquirri” y su cuadrilla se hospedaron en el hotel “Los Godos”. La habitación reservada para descansar y vestirse de luces por última vez, fue la número 307. Era un cuarto pequeño y sencillo. Comió una tortilla, algunas frutas y bebió agua mineral. Le esperaba aquel traje azul cobalto y oro que su querido tío Ramón Alvarado, su mozo de espadas, le ayudaría a enfundarse.

“Paquirri”, para matar el tiempo y la ansiedad, había jugado una partida de cartas con su hermano y compañeros de cuadrilla. Unas 1.000 pesetas les había ganado a cada uno y se sentía contentísimo. Durante el trayecto a la plaza, se burlaba de ellos que se quedaron limpios en el juego. Se iba riendo a cada rato, recordándolo. Estaba muy animado, motivado y dispuesto esa tarde. 

La plaza de toros de Pozoblanco, le esperaba con un lleno hasta la bandera. Salió su primer enemigo por los toriles, recibiéndolo muy bien con el capote. Invitó a “El Soro” para que compartiera con él las banderillas. Como dato curioso, brindó la muerte de su último toro al entonces joven becerrista Manuel Díaz “Manolo”, quien después se apodaría “El Cordobés” gozando de gran fama y cartel.

El toro demostró poca fuerza, pero “Paquirri” lo lidió con excelente técnica sacándole partido en todo momento. Escuchó música y el público apreció su apasionada entrega, ligando tandas de derechazos, toreando en redondo, naturales de gran calidad, en ocasiones mirando al tendido y pases de pecho portentosos. Su variada faena la culminó logrando una buena estocada, siendo premiado, el valentísimo y seguro diestro, con una oreja que pasearía dando la vuelta al ruedo entre ovaciones.

Nadie presintió lo que se avecinó. Se abrió la puerta de toriles y salió el cuarto toro para “Paquirri”. Su nombre “Avispado”, negro, marcado con el número 9. Era muy astifino y había rematado, varias veces, con bastante saña y violencia en el burladero.

“Paquirri” lo lanceó con el capote con seguridad y excesiva confianza mirando al tendido. Cuando lo intentaba llevar al caballo, el toro se le hizo un extraño, se le venció y lo empitonó con gran violencia y fuerza en el muslo derecho. El diestro duró una eternidad en la cara del toro, tratando de librarse de los pitones asesinos de “Avipado”. Estaba en volandas y no podía apoyar los pies, mientras que el toro hundía hasta la mazorca el pitón destrozando el muslo del pobre “Paquirri”. Llevaba en su humanidad una cornada de caballo, gravísima e impresionante. 

El traslado a la enfermería fue angustioso. El callejón era sumamente estrecho. Los que le conducían equivocaron el trayecto a la enfermería resultando el más largo para el torero quien perdía gran cantidad de sangre. Tardaron mucho tiempo en llegar a la enfermería. La puerta de la misma se encontraba cerrada y tuvieron que romper los vidrios de la puerta para abrirla. El destino de “Paquirri” en esa precaria enfermería era el menos esperanzador. No había nada para socorrerle y brindarle la asistencia necesaria. La gravedad de la cornada, el estado del torero y la caótica situación de la enfermería hacían imposible que pudieran salvarle la vida. Se perdió mucho tiempo. Desesperación e impotencia era lo que se vivía, mientras atendían a “Paquirri”.

Todos estaban muy nerviosos. Las imágenes dentro de la enfermería fueron dramáticas. Empezaban a cortar con una tijera la taleguilla del traje de luces de “Paquirri” y el destrozo del muslo era evidente. Un boquete enorme con incontenida hemorragia. Se desangraba el veterano diestro. La camilla estaba llena de su sangre torera. Sus compañeros le gritaban: ¡Tranquilo Paco!

Francisco Rivera “Paquirri”, lucía un rostro pálido pero demostró en esos difíciles momentos una serenidad pasmosa. Qué torero tan valiente, presentía su triste final, pero calmaba a los que lo rodeaban y hasta le daba órdenes al doctor indicándole lo que tenía que hacer, expresando: “Doctor, yo quiero hablar con usted, por favor, la cornada es fuerte y tiene al menos dos trayectorias una para acá y otra para allá. Abra todo lo que tenga que abrir, que lo demás está en sus manos”. 

“Que me enjuaguen la boca con agua”. Se enjuagó la boca y escupió con bastante fuerza el agua, mientras ordenaba mantener la calma. El pitón había seccionado la arteria femoral y la vena safena del tercio superior del muslo derecho. Los médicos mostraban su impotencia, pero lograron ligar las arterias que tenía rotas, logrando detener un poco la hemorragia. Requería ser asistido, inmediatamente, en un centro de cirugía vascular especializada. 

Se tomó, finalmente, la decisión de enviarlo en una ambulancia que partió a las 8:10 de la noche al Hospital Reina Sofía de la ciudad de Córdoba al Servicio de Cirugía Vascular. La ambulancia se dirigía a gran velocidad con el cuerpo de “Paquirri”, un reanimador anestesista y el Dr. Ruiz González. Durante el trayecto al mozo de estoques de “Paquirri”, se le escapó la expresión: “¡Que se nos muere!”. Hubo una parada de segundos para reanimarle y cuando se dieron cuenta que seguía respirando, retomaron el camino. Al Hospital Reina Sofía era imposible llegar y cambiaron el rumbo al Hospital Militar de Córdoba, porque el grave estado del torero no permitía perder más tiempo. Como a las 9:05 de la noche, llegaron al Hospital Militar. “Paquirri” estaba prácticamente muerto. Le realizaron tratamiento de reanimación, pero no resultó y el valeroso diestro falleció.

La noticia de su muerte impactó al mundo entero. Su funeral fue multitudinario, siendo su cuerpo paseado a hombros en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla en compañía de su viuda, la famosa cantante, Isabel Pantoja, Juan Carlos Beca Belmonte, familiares, amigos e importantes figuras del toreo que se hicieron presentes.

Rafael Dupouy Gómez, autor del artículo, ante la tumba de Francisco Rivera “Paquirri” en el Cementerio de San Fernando en Sevilla. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez). 

La cornada mortal de “Paquirri”, impidió que la afición taurina venezolana lo pudiera ver torear en la plaza de toros Nuevo Circo de Caracas (Venezuela) en donde estaba contratado.

Sus restos reposan en el Cementerio de San Fernando en Sevilla, muy cerca de grandes figuras del toreo como: “Joselito”, Ignacio Sánchez Mejías y Rafael Gómez “El Gallo”. 

Sus hijos, Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez, de su primer matrimonio con Carmen Ordóñez, se convirtieron en destacadas figuras del toreo, llevando con gran responsabilidad, dignidad e hidalguía el recuerdo de su difunto padre. 

Francisco Rivera “Paquirri”, demostró ser un torero en toda la extensión de la palabra. Su pundonor, coraje y amor propio quedó demostrado en los ruedos del mundo. Todo lo que había conseguido en la vida se lo debía al toro. Pagó con su sangre su amor por la profesión, brindándonos una lección de vida, valor y torería difícil de superar.

Que Dios lo tenga en la gloria.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Hace 30 años que murió Paquirri y parece que fue ayer…/ por J.A. del Moral




Retazos íntimos de nuestra mutua confianza, cariño y amistad

Parece que fue ayer, sí. Sobre todo para los que tuvieron la desgracia de ver in situ lo que sucedió en Pozoblanco, pero también para cuantos sin, verlo, lo sentimos muy dentro de nuestras almas y de nuestros corazones. En mi caso personal, con el profundo sentimiento que suponía y aún supone haber sido más que íntimo amigo. Cuando sucedió su muerte, todavía nos teníamos como hermanos aunque durante sus últimas campañas Paquirri nunca terminó de entender mi repentino distanciamiento después de tantos años tan unidos por doble motivo.

De una parte, porque como torero ya no coincidía tanto con él. Paqurri llevaba tiempo ausente de muchas de las ferias a las que yo asisto siempre. Un día me lo recrimino: “¿Por qué no te veo tanto como antes? Y yo le contesté: “Soy yo quien no te ve a ti…”
Fui tan admirador de su figura como puntual crítico con los errores que cometió. Uno de ellos, el más determinante, no haberse retirado a tiempo. Al menos dos años antes de su muerte que yo presentí o intuí que algo muy malo podría sucederle…

El otro motivo de mi retraimiento fue el de su noviazgo y posterior boda con Isabel Pantoja. Desde que me la presentó no me gustó un pelo. Ni ella ni su señora madre, doña Ana, creo que se llama… Paco y yo compartimos solos muchos almuerzos cada vez que venía a Madrid durante los inviernos. “¿No te importa que hoy vengan a comer Isabel y su madre? También vendrá mi administrador que ya conoces”. “Bueno, así podré conocerlas…” le contesté.


Mi arma, es que mañana cantamos en Castellón…Qué raras son, verdad.Tú sabrás que te vas a casar con ella

La comida fue en La Dorada que no sé si existe todavía en una calle del norte de Madrid. Un inmenso restaurante que tuvimos que atravesar para llegar al reservado que el dueño había elegido para que la reunión fuera discreta. Este señor acababa de comprar la Venta de Antequera de Sevilla. Quería convertirla en un gran centro turístico… con capilla incluida y pretendía que la boda de Paco con Isabel se celebrara allí. El almuerzo fue una burda desmesura, invitación sin duda interesada del dueño del local para convencerles de su propósito. Más que comida fue echarnos de comer una mariscada absurdamente gigantesca. Fue materialmente imposible dar cuenta de ella. Sobró casi todo. Asombrados, doña Ana llamó al invitador y le pidió que metiera en cajas de cartón todo lo que había sobre la mesa: “Mi arma, es que mañana cantamos en Castellón….” Yo me quedé patidifuso y, como nunca supe ni sé disimular, Paquirri lo notó. Cuando Isabel y su madre se levantaron de la mesa para ir juntas a donde siempre van juntas las mujeres, Paquirri me dijo: “¿Qué raras son, verdad..? “Tú sabrás que te vas a casar con ella” le respondí. No quiero contar más intimidades que viví con las Pantoja porque algunas fueron realmente intolerables y alguna deplorable, especialmente el día que fuimos juntos a comer al Hotel Goya con los patojos tras el entierro de Carmen Dominguín, la primera esposa de Antonio Ordóñez. Paquirri la doraba y ella a él más, incluso después de separarse de Carmuca. Las macabras bromas de doña Ana a propósito de la difunta las corté en seco amenazando con levantarme de la mesa e irme de allí si seguían diciendo tantas groserías contra quien yo también quise mucho. Me pareció increíble que Paco no le dijera nada a su futura suegra. Y corté. Corté. No las vi ni en el velatorio ni en el entierro de Paquirri. Ni siquiera un año y medio después cuando fui a la casa de Isabel en Sevilla – todavía la del matrimonio frente a donde ponen las casetas de la feria – cuando fui a entregarle un ejemplar recién sacado de horno de mi libro “Nacido para morir”. Me abrió la puerta su hermano mayor, Bernardo, y, sin decirme que entrara, se metió para dentro y salió al rato para decirme que Isabel no estaba. Me quedó claro que no quiso recibirme. Yo tampoco era santo de su devoción. Ya se sabe, las simpatías siempre son mutuas. Todavía estoy esperando que me devuelva la pluma estilográfica de oro con mi nombre grabado que le regalé por el brindis que me hizo en la Corrida de La Beneficencia de Madrid. Los albaceas testamentarios así lo dispusieron en el acta que firmaron tras morir Paco.


Respecto a mis discusiones con Paquirri a propósito de sus aconteceres como toreo, quiero traer aquí algunos recuerdos íntimos del momento en que le advertí que yo sería el primero en decirle que se retirara en cuanto viera que le había llegado el momento de por fin a su carrera. Ya habían pasado algunos malos periodos aunque muy cortos, distanciados y uno incluso durante su cenit profesional, justamente el año que se consagró como máxima figura en la feria de San Isidro de 1979 con el famoso toro “Buenasuerte” de Torrestrella, tras sus clamorosas actuaciones en todas la ferias anteriores, especialmente la de Sevilla. De esta feria tengo una anécdota sensacional y definitoria del momento cumbre que estaba gozando.

Faltaba poco más de una hora para que comenzara la primera corrida y mientras empezó a vestirse de luces, en la habitación que ocupaba en hotel Colón, entró don Diodoro Canorea que ese año fue el primero en el que fue empresario de Las Ventas de Madrid. Además de desearle suerte, le dijo a Paquirri que tenían que hablar cuanto antes de su participación en la feria de San Isidro. Paquirri le dijo entre risas que le contratara ya porque “después de la corrida voy a ser más caro…” Fue exactamente lo que ocurrió una vez finalizada la Feria de Abril.

Pero tras aquel memorable San Isidro, Paquirri sufrió un tremendo bache. Yo noté que estaba mal en la feria de Algeciras y cuando volví a verle en la de Burgos, aún estuvo peor. Fui a verle al Hotel Almirante Bonifaz que es en el que siempre vivo en Burgos porque, además de lo excelente que es, por mi entrañable amistad con uno de sus dueños, Tirso Ojeda, tengo trato de favor, lo mismo que en el maravilloso restaurante del mismo nombre, Ojeda. Pues bien, en la habitación que ocupaba Paquirri, había mucha gente. Entre otros, todos los grandes amigos bilbaínos de Antonio Ordóñez que también eran míos. Nada más entrar, miré fijamente a Paco y me inquirió con un llamativo “¡qué¡”. “Que la corrida no ha servido pero tenemos que hablar”, le respondí. Paquirri gritó acto seguido que nos fuéramos todos de la habitación. Justo cuando yo también iba a salir, me pidió: “Tú, no, tú quédate. ¿De qué tenemos que hablar?…” Ya estábamos completamente solos cuando le dije algo que le llegó a lo más dentro de su alma: “Mira, Paco, llevo días viendo que andas fatal, hoy mismo te has pasado la tarde paseando por el callejón con la mirada perdida, sin que te interesara nada de lo que estaba pasando en el ruedo mientras toreaban sus compañeros. En tus dos toros no has querido banderillear y como no han sido nada buenos, te los has quitado de en medio sin intentar nada, sin querer hacer lo que siempre les haces para que embistan…. Sin…. Enfín… lo que te quería decir es que creo que lo que te tiene así es tu romance con Lolita Flores. Ella, sin duda te quiere mucho. Pero tú a ella solo para divertirte y para darle celos a Carmuca… que te trae a mal traer…. Tienes que decidirte a separarte de ella o a hacer las paces de una vez por todas. Sé que es muy difícil… Pero que sepas que tú podrías casarte otra vez con quien quisieras… Eres un figurón, muy buena gente… rico, famoso… Elige otra mujer a la que quieras de verdad, pero a ninguna porque creas que puedan molestar a Cermen. A ella eso le trae al fresco…

Paquirri estaba sentado a horcajadas en una silla y, de pronto, rompió a llorar como un niño… asintiendo con la cabeza entre sus manos… amargamente, inconsolable… Fueron diez minutos que nunca olvidaré. Pero yo me creí en la obligación de decirle lo que nadie se hubiera atrevido… Al día siguiente, después de la corrida y de vuelta a Haro donde dormíamos durante la feria de Burros en la casa de mi gran amigo José Miguel Ibernia, pusimos la radio del coche para escuchar las noticias taurinas que se daban al final del diario hablado de las 10 de la noche. Subí el volumen para saber qué había ocurrido con Paquirri en Soria: “Cuatro orejas y un rabo” dijeron. ¡Ya está otra vez Paco en lo que debe estar!, grité a José Miguel. Sentí una inmensa alegría. Mis palabras le habían hecho reaccionar…

Muchas cosas parecidas aunque solo por sus esporádicos fallos taurinos sin mayores historias personales detrás, le dije a Paquirri a lo largo de nuestros muchísimos encuentros por todas las plazas de España y de Francia. Asó como otras tantas respuestas suyas sin reconocer sus defectos o carencias. Y luego de pasado el trago, tantas veces asumidos después por el propio torero y amigo hasta que, una tarde sin toros, me propuso que le apoderara. “Muchas gracias por tu confianza. Pero no, Paco. ¿Qué haría yo después?, no pensarás que podía volver a la crítica… Sería imposible y eso nunca, eso es lo mío para siempre hasta que me muera.”

Una noche que dormimos en la misma habitación en la gran casa de Campocerrado, la dehesa de don Atanasio Fernández, durante la feria de Salamanca en la que Paquirri triunfó clamorosamente en las dos corridas que actuó, no me dejó dormir en paz porque él, como tantas otras noches, se desvelaba rumiando y rumiando continuamente sobre cuales habían sido los verdaderos motivos de su separación de Carmen Ordóñez… La obsesión que siempre tuvo, siempre, siempre… porque siempre estuvo locamente enamorado de ella….Verdaderamente, la única mujer que amó de verdad en su vida…

Fueron días en los que, además de triunfar a golpe cantado cada tarde, el recuerdo de su Carmen nunca cesó en una inagotable obsesión. En uno de estos días llegué a advertirle muy seriamente que “yo seré el primero en decirte que te llegó el momento… “porque no creas que siempre será como ahora…”

Y ese día llegó. Justo dos años antes de su muerte. Fue durante la feria de Julio en Valencia y no en una corrida que protagonizara Paco. Fue un día antes de la suya. Estábamos sentados en la meseta de toriles Paco, Antonio Ordóñez y yo entre los dos. Para qué contarles que, mientras duró el festejo, fuimos objeto de todas las miradas. Unas cariñosas y otra odiosas… Como siempre. Es a lo que estoy acostumbrado… Ordóñez y yo no paramos de hablar mientras Paco callaba. Ni una palabra dijo… En el descanso de la merienda, dejando solo al maestro, nos levantamos y entramos en los chiqueros. Estábamos apoyados en la balaustrada de madera sobre uno de ellos. Paco seguía pensativo… Y, de pronto no pude contenerme: ¿Te acuerdas de lo que una noche te dije en Campocerrado sobre que yo sería el primero en decirte…” Paquirri me cortó en seco: “Pero qué dices, estás loco…? No estoy loco, Paco. Creo que te ha llegado el momento…
La última vez que hablé con Paquirri fue en su habitación de hotel Gran Prix. Todavía el año de su muerte, lo usaban para vestirse los que iban a torear en San Sebastián de los Reyes. Fue una hora antes de la corrida de aquella tarde y al entrar en el cuarto, el mozo de espadas estaba ayudándole a ponerse la chaquetilla. Yo iba con prisas y solo pude intercambiar dos frases con Paco, medio en serio medio en broma le dije, “Hola, Paco, estás muy gordo..” Desde luego que lo estaba. Y él me contestó raudo…“Y tú, muy calvo¡”. Ya lo estaba, casi como ahora. Muchas veces al mirarme en el espejo pienso que nací así…

La tarde de su muerte acababa de regresar desde Nimes a donde fui para ver matar seis toros de Jandilla a Paco Ojeda. Fue la última de las siete que toreó ese año y estuvo cumbre. Eran las 9de la tarde noche, estaba en un bar de Madrid y en el telediario escuche que Paquirri había sido muy gravemente herido. Pues si de una cornada se habla en un telediario, muy pero que muy grave debe ser, pensé para mí. Enseguida marche a mi casa de Colmenar de Oreja para cenar con mi madre. Al entrar en el comedor, ella ya estaba a la mesa, le dije que por lo que había visto y oído en el telediario a Paco han debido pegarle una cornada muy grave en Pozoblanco. La televisión no estaba encendida en nuestra casa. Antes de tomar asiento para cenar llamaron por teléfono. Era mi amigo José Miguel Ibernia. Su voz, muy agitado, me alarmó: “¿Te has enterado, te has enterado…. A Paquirri le ha matado un toro esta tarde en Pozoblanco…” No, no lo creo, no lo creo, no puede ser….” Colgué y me senté a cenar con mi madre. Pusimos en la mesa un transistor. A la 10 en punto, sonó la música del parte de Radio Nacional y la primera voz que escuchamos fue la José Luís Carabias: “Señoras y señores, muy buenas noches. Francisco Rivera Paquirri ha muerto como consecuencia de un gravísima cornada que recibió esta tarde en la plaza cordobesa de Pozoblanco…..”

Consternación es poco para definir lo que sentí. Interrumpí la cena y le dije a mi madre que viajaría inmediatamente a Córdoba en mi coche. Yo también, hijo. Me voy contigo… Subamos a nuestros cuartos para hace un pequeño equipaje y partimos de inmediato. Pero cálmate. Dios lo ha querido. El altísimo sabrá por qué…. Además, yo sé que Paco era una persona cabal. Una persona realmente extraordinaria. Quien sabe… A lo mejor se lo ha llevado para evitarle el sufrimiento que estoy casi segura podrá ocurrirle si permaneciera vivo. Los caminos de Dios son inescrutables…

Estas palabras de mi madre nunca las olvidé porque fueron premonitorias. Si Paco hubiera vivido y visto lo que pasó después, se habría muerto de nuevo con tantos disgustos. No los habría soportado tal como era.

Mi madre fue una mujer sabia y muy adelantada a su tiempo, amable hasta decir basta y donante universal donde las haya. Solamente ella supo lo mucho que dio y arregló en Colmenar donde ejerció como farmacéutica durante muchísimos años.

Paquirri, en efecto hubiera sufrido lo indecible de haber vivido. Aunque también disfrutado viendo a sus hijos, Francisco y, posteriormente, a Cayetano como se hicieron toreros. Independientemente de a donde llegaron profesionalmente, creo sinceramente que su padre, desde el Cielo, es quien se encargó de que a la postre, ambos encontraran el éxito y la felicidad en sus respectivas vidas. Y es que lo merecieron y lo merecen sobradamente después de haber vivido una niñez y una adolescencia que no quisiera para nadie por muy rodeados de comodidades que tuvieron durante aquellos años.

Seguro que muchos querrán preguntarme ahora por qué fui tan amigo de Paquirri. Pues se lo voy a contar. Yo le había tratado desde que tomó la alternativa por la inevitable relación que solemos tener los críticos con los principales toreros. Pero fue cuando entró a formar parte de la familia Ordóñez cuando empezamos a intimar. Paco, además, siempre fue un triunfador y no tuve que criticarle duramente como a tantos otros. Salvo pequeños tropiezos y aparte los gustos de cada cual, fue un gran torero y un pedazo de profesional como pocos habré conocido. Se hizo máxima figura y ejerció como tal durante varios años. Pero, ¿quien no ha padecido baches en el toreo? Todos. En una feria de Sevilla – ya estaba casado hacía tiempo con Carmen – un toro de Manolo González le pegó una cornada de poca importancia que, sin embargo, le quitó el sitio y cuando reapareció se le notó bastante. Fue un bache muy inoportuno que le duró hasta más de la mitad de agosto. Paquirri no estaba bien ni apenas triunfaba. Y yo, lo dije y le critiqué en muchas ocasiones. Por entonces, Antonio Ordóñez era empresario de la plaza de Málaga y como yo iba a la feria cada año – se celebraba en la primera semana de agosto y solo coincidía con la de Vitoria – y solía asistir diariamente al sorteo y al apartado de las corridas. Luego me bajaba al despacho del maestro y, muchas veces, comíamos juntos. La suegra de Paquirri, Carmen, y su esposa, Carmuca, estaban seriamente enojadas con mis crónicas a Paco. No entendían que describiera sus fracasos sin ningún disimulo. Una mañana de la feria malagueña llegaron al despacho de Antonio acompañadas de Paquirri y al entrar no me saludaron poniéndome muy mala cara, pero Paco sí que me saludó y muy cariñosamente. Tampoco se despidieron de mí al irse. Pero Paco se quedó a solas conmigo y me dijo: “No te preocupes, ni caso ¿qué saben de esto las dos? Yo sé mejor que nadie que estoy muy mal y tú haces bien en decirlo. Es tu obligación… Dame un abrazo.

Pasadas dos semanas tras este insospechado y ejemplar encuentro, Paquirri toreó en Bilbao como cada temporada. En su segunda tarde, una corrida de Urquijo que dio mal juego y él estuvo muy bien aunque no cortó ninguna oreja. Le vi recuperado. Y fui a verle. Subí desde mi habitación a la suya del Hotel Ercilla y cuando entré estaba con su mozo de espadas a solas. Era su tío Ramón Alvarado. Se quedó de piedra al verme porque también él estaba enfadado conmigo.

Paco, vengo a verte porque he visto que ya estás con el sitio de tus mejores temporadas. No has cortado orejas pero has dado una lección de maestro con el pundonor que siempre te distinguió. Así que, enhorabuena, amigo.
Paquirri me dio las gracias mientras me abrazaba con fuerza y me dijo: “Que subas tu a decirme lo que acabas de decir vale más que todas las orejas del mundo”

Ese y así era Francisco Rivera Paquirri


Mañana 26 de septiembre se cumplen 30 años de su muerte. Nunca, jamás olvidaré su natural bondad y su hombría de bien, parangonables con su gran categoría como torero. Dios le tendrá en su Gloria para la eternidad.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Pedro Sánchez (PSOE) : “nunca me verán en una plaza de toros”.


“nunca me verán en una plaza de toros”
Secretario General del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) Pedro Sánchez

"...Que igualmente, en ejercicio de sus plenos derechos, los aficionados, frente a las urnas electorales valorarán si votan o no a Pedro Sánchez como candidato a la jefatura del gobierno, por su anunciada actitud excluyente y anti taurina..."

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LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE TAUROMAQUIA, A LA CLASE POLÍTICA Y A LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Corrida de Miura en San Isidro 2014 / Foto La Loma

Williams Cárdenas, presidente de la A.I.T
Miércoles, 17 de Septiembre de 2014 
Las manifestaciones públicas del nuevo líder socialista español –PSOE- son merecedoras de una contundente respuesta que ya debería haber llegado

Por cuanto el Secretario General del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) Pedro Sánchez, hizo pública su aspiración a la jefatura del gobierno de España; por cuanto Pedro Sánchez, manifestó recientemente que “nunca lo verían en una plaza de toros”; y por cuanto son decenas de miles los aficionados a los toros que simpatizan o militan en las filas del PSOE. la Asociación Internacional de Tauromaquia (AIT) pone de manifiesto:

Poner en conocimiento de Pedro Sánchez que la Tauromaquia forma parte del patrimonio cultural del pueblo español.

Que quien aspire a la jefatura del gobierno debe saber que, de ganar, deberá gobernar para todos los españoles, también para los aficionados taurinos.

3º Que desde el 12 de noviembre de 2013 existe una ley nacional (18/2013, de 12 de noviembre)que protege la Tauromaquia como parte del patrimonio cultural del pueblo español, por lo que cualquier futura acción en su contra, colisionará con dicha ley, con la Constitución y de acuerdo a sus características, podría constituir un delito de expolio cultural.

4º Que igualmente, en ejercicio de sus plenos derechos, los aficionados, frente a las urnas electorales valorarán si votan o no a Pedro Sánchez como candidato a la jefatura del gobierno, por su anunciada actitud excluyente y anti taurina.

5º Que siendo consecuente con sus palabras, esperamos no ver nunca a Pedro Sánchez en una plaza de toros, ni aún con ocasión de un mitin político.

Por todo lo anterior:

La AIT insta a los estamentos profesionales de la Tauromaquia en España: asociaciones dematadores de toros y novillos, rejoneadores; las uniones de criadores de toros de lidia; lasorganizaciones empresariales de espectáculos taurinos; y las asociaciones profesionales depicadores y banderilleros, a pronunciarse con firmeza al respecto de lo que supone una vez más, un menosprecio hacia este legado cultural, que gente de bien, ama con pasión.


viernes, 19 de septiembre de 2014

Toros en Cataluña: El inexplicable retraso del Tribunal Constitucional.




En el ya muy próximo mes de noviembre se cumplen 4 años desde que el tribunal Constitucional admitió a trámite el recurso de inconstitucionalidad contra la ley autonómica 28/2010, por la que se prohibió la celebración de espectáculos taurinos en Cataluña. En este tiempo se ha sucedido una cadena de hechos y circunstancias que no ha hecho más enredar más la madeja de un caso que no se debía haber dejado hasta aquí. Ni el criterio de "oportunidad política" ni ningún otro justifica este retraso, que debe adjudicarse al Alto Tribunal tanto cuando en su composición eran mayoría los vocales propuestos por el PSOE, como en la actualidad cuando esa mayoría procede del partido gobernante.

"El TC jamás dicta una sentencia por conveniencia u oportunidad política".
Pascual Sala, ex presidente del Tribunal Constitucional

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Cuatro años ya sin pronunciarse en el caso catalán
El inexplicable retraso del Tribunal Constitucional

Para quienes amamos la Tauromaquia, que somos ciudadanos españoles en plenitud de sus derechos civiles, si el Alto Tribunal considerara que la cuestión taurina en Cataluña es una cuestión menor y casi intrascendente, constituiría además un insulto y una ofensa, cuando no una manifiesta injusticia.

En el ya lejano mes de noviembre de 2010, el Tribunal Constitucional admitió a trámite el recurso de inconstitucionalidad presentado por 50 senadores del PP contra la ley del Parlamento catalán por la que se prohibían las corridas de toros en aquella comunidad autónoma.

A la hora de fundamentar su recurso, los firmantes aducían la vulneración de numerosos artículos de la Carta Magna. A saber: el 20, que recoge la libertad de creación artística; el 27, sobre el derecho de educación; el 44 y el 46, en los que se insta a los poderes públicos a promover el acceso a la cultura y el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico; y el 149, que sienta que el Estado tiene competencia exclusiva sobre las condiciones que regulan la igualdad de todos los españoles; entre ellas, se declara con independencia de lo que competa a las Comunidades Autónoma, “el Estado considerará el servicio de la cultura como deber y atribución esencial”.

Otra argumentación de este recurso señalaba que esta prohibición impide el desarrollo en Cataluña de una actividad empresarial, por lo que entiende que se vulneran otros cuatro artículos de la Constitución: el 38, que reconoce la libertad de empresa; el 40, que obliga a los poderes públicos a impulsar el progreso social y económico; el 128, que establece que la riqueza del país está subordinada al interés general; y de nuevo el 149.

De todo aquello han pasado cuatro años y en este tiempo ha entrado en vigor la ley 18/2013, de 12 de noviembre, para la regulación de la Tauromaquia como patrimonio cultural, en cuyo articulo 3 se establece: “En su condición de patrimonio cultural, los poderes públicos garantizarán la conservación de la Tauromaquia y promoverán su enriquecimiento, de acuerdo con lo previsto en el artículo 46 de la Constitución”.

Pero también en todo este tiempo, la Generalitat catalana ha ido buscando todos los vericuetos administrativos necesarios para una aplicación absolutamente restrictiva de su obligación legal [disposición adicional primera de la ley autonómica 28/2010] de hacer efectiva la ”compensación económica a los titulares de derechos subjetivos” por los daños económicos y patrimoniales causados a quienes se vieran afectados por la prohibición. De forma sistemática ha rechazado todas las reclamaciones, excepto la presentada por la Empresa Balañá, propietaria de la Monumental, a la que ofrecía una indemnización alejadísima de los propios precios del mercado. Como consecuencia de estas resoluciones denegatorias, quedan pendientes otros tantos recursos contenciosos-administrativos presentados ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

Junto a este desarrollo de los hechos, no puede olvidarse que también en los largos cuatro años transcurridos desde que se presentó el recurso, la situación política se ha hecho más compleja. La elaboración del nuevo Estatuto catalán y la posterior sentencia del Constitucional que lo modifica y, en especial, el inicio del proceso secesionista promovido desde la Generalitat por su Presidente Artur Más. Y todo ello sin olvidar el reiterado incumplimiento por las autoridades de Cataluña en sentencias del Tribunal Supremo y del propio Constitucional, sin que por ello los poderes del Estado aplicaran la figura jurídica del “desacato”.

El marco político, en consecuencia, se ha hecho mucho más complejo y difícil de manejar, como en estos últimos meses se viene poniendo de manifiesto con la decisión de los nacionalistas catalanas de sacar las urnas a la calle el próximo día 9 de noviembre para que la ciudadanía diga ”si” o “no” a la creación de un Estado independiente de España.

Debe reconocerse que toda esta compleja madeja de situaciones, la mayoría entrelazadas entre sí, sitúan a los poderes del Estado ante el mayor de los retos vividos desde la entrada en vigor de la Constitución. Por más que la propia Carta Magna ponga a su disposición herramientas jurídicas claras y taxativas para cortar esta dinámica, no es menos cierto que los criterios de oportunidad política constituyen un elemento de particular importancia a la hora de actuar, condicionando la apelación directa a las previsiones constitucionales.

En este marco, hay quienes piensan que una decisión del Constitucional anulando ahora la ley prohibicionista de los toros vendría a entorpecer aún más cualquier actuación del Estado; sería de una gran “inoportunidad política”.

A primera vista, el argumento puede ser entendible; pero si se profundiza más, se comprueba que se trata de un modo de razonar que podríamos considerar benévolamente como ingenuo. Que la ley autonómica 28/2010 sea declarada, total o parcialmente, inconstitucional no sería en ningún caso la gota que haga rebosar el vaso secesionista; ese vaso ya se rebosó hace mucho tiempo. Temas más sensibles, caso de la enseñanza o de la lengua, se han sentenciado y no puede decirse desde un planteamiento objetivo que hayan sido los detonadores del proceso independentista.

Aunque a sus palabras se le podrían contraponer casos clamorosos –desde la sentencia de Rumasa hasta la dictada a favor de la Mesa Nacional de Herri Batasuna--, resultaría mucho más acertado que siempre hubieran sido ciertas las palabras de quien presidió el Alto Tribunal y que encabezan en este Editorial: "El TC jamás dicta una sentencia por conveniencia u oportunidad política".

Sin embargo, debe permitírsenos al menos el beneficio de la duda. Y así, algún día deberían explicar la causa por la que el dictamen que ya estuvo elaborado sobre la Ley catalana nunca se quiso llevar al plenario, para su resolución definitiva. Desde luego, si contradiciendo las palabras de quien fue su Presidente, fueron causas de “oportunidad política” se estaría perdiendo el sentido auténtico de su misión en el entramado constitucional.

En suma, nada puede justificar el abusivo retraso del Constitucional a la hora de resolver el recurso a la ley prohibicionista. Ni en la anterior etapa, cuando dominaban en el TC los miembros nombrados por el PSOE, ni en la actual cuando son mayoría los procedentes del PP. Es más: la acumulación de retrasos no hace más que complicar aún más la cuestión, en la medida que se van a acumulando procedimientos jurisdiccionales y se va ampliando la brecha de los posibles daños causados.

Para quienes amamos la Tauromaquia, que somos ciudadanos españoles en plenitud de sus derechos civiles, si el Alto Tribunal considerara que la cuestión taurina en Cataluña es una cuestión menor y casi intrascendente, constituiría además un insulto y una ofensa, cuando no una manifiesta injusticia.

jueves, 18 de septiembre de 2014

MADRID. CÍRCULO BIENVENIDA: PRÓXIMO 2 DE OCTUBRE ACTO DE ENTREGA DE LOS XV TROFEOS TAURINOS 'SAN ISIDRO' 2014


Miguel Ángel Perera, Ganador de la XV FÁBULA TAURINA
/Foto: Andrew Moore/


Acto de Entrega 
XV Trofeos de la Feria de San Isidro 2014


"CAFÉ GIJÓN" DE MADRID
JUEVES 2 DE OCTUBRE A LAS 14.30 H.

Gabinete de Prensa del C.T.A.D.B.
Madrid, 17 de Septiembre de 2014.-
La Junta directiva del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida ha acordado celebrar el tradicional acto de entrega de trofeos correspondientes a la pasada Feria de San Isidro de Madrid, el próximo 2 de Octubre en el prestigioso e histórico "Gran Café de Gijón" situado en el Paseo de Recoletos, de Madrid, donde se servirá un almuerzo.

En su día, el jurado presidido por Miguel Mejías "Bienvenida" resolvió otorgarlos de la siguiente forma:

Trofeos Taurinos:
"Fábula Taurina": Miguel Ángel Perera.
"Fábula Ganadera": Eduardo Miura, por el toro "Zahonero"
"Pepe Bienvenida": Uceda Leal, mejor estocada. 
"Fábula de Plata": Marco Galán, peón de brega de la cuadrilla de Javier Castaño.

Premios Honoríficos:
"Bienvenida" a la Toreria: Diego Ramos, pintor colombiano.
"Pañuelo de Oro": Justo Polo Ramos, presidente de Festejos Taurinos de Madrid.

"Fábula Ganadera":
"Zahonero" de Miura 
/Foto: Andrew Moore/

TROFEO "PEPE BIENVENIDA":
José Ignacio Uceda Leal
/Foto: Andrew Moore/

"FÁBULA DE PLATA":
Marco Galán


Premio "Bienvenida" a la Torería:
Diego Ramos 
/Foto: La Loma/



"PAÑUELO DE ORO":
Justo Polo Ramos
/Foto: La Loma/