Con un buen grado de ocurrencia, Gloria Sánchez Grande nos ha recordado en estos días un viejo texto de Francisco Gómez Hidalgo, publicado en 1913. La escritora lo pone en referencia con la pérdida de buena parte de esa vitola de héroes, casi de mitos, que siempre rodeó a los toreros. Si hace un siglo los niños aspiraban a torear como Espartero, hoy aspiran a ser futbolista, tenista, policía, bombero o informático. Si se repiensa un poco, el cambio de paradigmas es mucho más que una anécdota. (Taurología)
Paradigmas que cambian
Cuando los toreros eran considerados héroes
El último informe PISA dice que el rendimiento de los alumnos españoles en matemáticas, lectura y ciencias sigue por debajo de la media de la OCDE. Nuestros niños tampoco saben resolver problemas. Curiosamente, cuando los toreros eran los grandes héroes juveniles, en las escuelas todo funcionaba mejor.
Sentados vis a vis ante una mesita del sleeping, que avanza corriendo hacia Sevilla, mi amigo se exacerba. Con paciencia metódica, durante cinco meses ha recorrido España visitando escuelas e interrogando en ellas a los niños que tienen nociones de Historia y de la vida, que conocen, o recitan, al menos, los nombres de nuestros héroes más gloriosos.
--¿Qué querríais ser? -les ha ido preguntando uno a uno con parsimonia paternal-. Pensad sobre las figuras que más retienen vuestra atención, y decidme a quién os gustaría pareceros. ¿A Cervantes? ¿A Velázquez? ¿A Hernán Cortés?...
Mas, ¡ay!, el idealismo infantil no va por donde le buscaba el cuestionario de mi amigo, a juzgar por la respuesta de los niños españoles. De 1507 preguntados, 1022, según la estadística que me muestra, dijeron que quieren ser toreros...
La tauromaquia es, pues, el mayor de los ideales españoles. Cuando mi amigo creía hallar entre los preguntados artistas incipientes, guerreros en agraz, exploradores del mañana, he aquí que, como puestos de acuerdo, le dicen casi unánimes:
--Yo quiero matar toros como Mazzantini.
--Yo aspiro a lancear de capa como el Espartero.
Si el nombre cambia, el héroe es siempre el mismo. Todos pretenden ser artistas y guerreros. Pero no para pintar cuadros ni para conquistar territorios. No. Sino para llevar su arte y su valor al redondel, y lograr, explotándole, gloria y dinero. Acaso porque el arte de lidiar toros, es el único arte que se considera como una fortuna realizable.
.- ...Y como lo que dicen los niños -exclama mi amigo gravemente- no es sino un reflejo ingenuo de lo que escuchan a sus padres, yo compadezco a este país...
[...] Nuestro carácter meridional, un poco rudo, un poco ingenuo, necesita de héroes. Y, de momento, sólo podemos hallarlos buscándolos entre los toreros.
FRANCISCO GÓMEZ HIDALGO
A mediados de 2013, una empresa de gestión de Recursos Humanos preguntó a los niños españoles qué querían ser de mayores. Las respuestas más repetidas fueron profesora, peluquera, bailarina, cantante y diseñadora de moda (entre las niñas); y futbolista, tenista, policía, bombero, informático y médico (entre los niños). Toreros, ni por asomo. ¿Quiénes serán los héroes del siglo XXI?
►Los escritos de Gloria Sánchez-Grande se pueden consultar en su blog Contraquerencia, en la dirección http://contraquerencia.blogspot.com.es/
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