Mauricio Riofrío y Santiago Cano
presidentes de la plaza de Quito
CÍRCULO TAURINO
AMIGOS DE LA DINASTÍA BIENVENIDA
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Ecos de la II Convención de Maracay
Por su interés y a petición de socios y directivos, reproducimos la ponencia de la que es autor nuestro directivo del Capítulo de Quito, D. Mauricio Riofrío Cuadrado y que, en su ausencia por causas de fuerza mayor, fue leída por el socio del Capítulo de Valencia Sr. Stopello
Mauricio Riofrio Cuadrado (1964)
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Abogado
y Periodista titulado
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Diplomado
en Periodismo Judicial por la Universidad Católica del Ecuador, ha realizado
estudios sobre Propiedad Intelectual becado por el Ministerio de Educación y
Cultura de España, actualmente candidato a Magister en Derecho Administrativo
por la Universidad Andina Simón Bolívar.
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Comentarista
de radio y televisión, crítico taurino del periódico El Comercio de Quito,
director de la Revista “Puerta Grande” del periódico HOY.
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Ex
Intendente General de Policía
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Ex
Asesor de la Presidencia de la República
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Ex
Representante de la Afición y Peñas Taurinas de Quito
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Ex
Presidente de la Monumental Plaza de Toros Quito
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Socio
del Círculo Taurino de Amigos de la Dinastía Bienvenida
Queridos amigos
que hoy se encuentran reunidos en la hermana Venezuela, bajo la égida
bienvenidista de la afición, la mística y el amor por la fiesta brava:
“…No matar el toro implica una seria afectación a la
esencia y autenticidad de la fiesta taurina, pues ello NO significaría que el
espectáculo mejore o evolucione en beneficio del animal, porque la muerte sería
inminente, con la única diferencia de que se produciría en forma indigna y clandestina.
La pregunta que surge de inmediato es: ¿será el
Ecuador un país más civilizado, más seguro y menos violento luego de la toma de
esta medida?
La respuesta, a nuestro juicio, solo puede ser
negativa, como negativo sería el hecho de combatir la pobreza, escondiendo a
los pobres. La muerte, señores Magistrados, es consustancial a la naturaleza y a la vida, desde el inicio de los tiempos y
con seguridad va a estar presente siempre hasta el final de los mismos…Una cosa
es discrepar sobre determinado tema y otra cosa es querer prohibirlo, en esa
distinción precisamente se fundamenta una sociedad libre…”
De
esta manera terminaba el alegato que evidenció violaciones flagrantes a la
Constitución y lo que es más, a la Libertad. La Corte Constitucional, cuya
independencia ha sido cuestionada en el Ecuador, al final decidió exponer el
tema a la mayoría del voto, que optó por un escaso margen de diferencia, por la
mutilación del tradicional espectáculo en la capital, con las nefastas
consecuencias que han sido públicas y notorias.
El
Ecuador taurino de los actuales momentos es un Ecuador maltratado y herido, un
Ecuador víctima de los prejuicios, la manipulación y la ignorancia, en donde un
grupúsculo de mal vivientes asalariados que se dicen antitaurinos, han
desinformado a las autoridades y promueven el aborto, la legalización de la
droga, catalogan al animal con más derechos que los recién nacidos con
deficiencias físicas y mentales y para rematar reivindican un nacionalismo a
ultranza, sin tomar en cuenta el idioma que hablan, la religión que profesan,
la arquitectura y las innumerables
circunstancias que han hecho de nuestra ciudad de Quito, el Primer Patrimonio
de la Humanidad declarado por la UNESCO en 1978.
Tristemente
esa es nuestra realidad, con el agravante de que el inevitable juego político,
los intereses creados y las equivocadas decisiones empresariales en algunos
casos y la inacción en otros, han abonado el terreno para que lleguemos a este
punto.
Sin
desestimar en forma alguna, la indudable importancia que tuvo en su momento, el
desarrollo de la fiesta en los albores y mediados del siglo XX, la historia de
la tauromaquia en el Ecuador ha tenido dos puntos de inflexión determinantes en
su evolución, el primero en el año 1978 en el que se produjo la importación de vacas
y sementales españoles para las ganaderías locales, hecho que representó un
salto cualitativo fundamental en la crianza del toro de lidia y en algunos
casos, la profesionalización de esta actividad.
Simiente
de apergaminadas casas ganaderas como Jandilla, Juan Pedro, Baltasar Ibán,
Atanasio y Osborne se asentaron en los Andes ecuatorianos y dejaron una huella
indeleble que por décadas ha sido la piedra angular de las ferias en la mitad
del mundo.
Fruto
de esta simbiosis de sangre y raza, hoy por hoy contamos con ganaderías de gran
desempeño que han forjado una historia llena de toros notables que han
permitido el triunfo, tanto de las figuras del toreo, como de los toreros mal
llamados modestos. Allí están Huagrahuasi y Triana de José Luis Cobo, Santa
Rosa de los herederos del recordado Saúl
Montenegro, Campo Bravo de los García, Trinidad de Herdoíza Guerrero
Constructores, Mirafuente y Vistahermosa (antes Carlos Manuel Cobo) de los
empresarios Salazar y Santa Coloma de Cristóbal Roldán.
El
segundo factor ha sido la mutilación de la fiesta sufrida en meses pasados y
que ha sido comentada suficientemente en los medios con sensatez, conocimiento
y frontalidad. El Círculo Bienvenida en Madrid con su Decálogo, muchos socios
en Quito con su Manifiesto, Javier Hurtado, Federico Arnás, El Juli, Morante o
Manzanares con sus opiniones son la prueba, entre otras muchas, de ello.
Cabe
destacar que es una lástima que en el Ecuador, alguien parece haber convencido
a los periodistas que ocultar las miserias de la fiesta es contribuir a su
defensa.
La
asignatura pendiente en el Ecuador y en el mundo del toro a nivel mundial, con
el justo señalamiento de pocas excepciones, es el respeto a la tradición
taurina y a los reglamentos, el respeto al toro que debe ser presentado INTACTO
y con el trapío debido de acuerdo a su encaste, tomando en cuenta la categoría
de las plazas y considerando que el toro no es volumen, ni el toreo cantidad,
será esto mucho pedir?
El
prestigio de las ferias y su pervivencia radica precisamente en éstas condiciones,
por ello el aficionado debería exigir, un toro bien presentado que transmita
emoción, el aficionado debería pedir que en su plaza se diseñen carteles que,
en cuanto a toros ofrezcan seriedad y en cuanto a toreros tengan categoría, en
suma el aficionado debería reclamar DECORO y DIGNIDAD para la fiesta, solo de
esa forma permanecerá incólume en el tiempo, lo contrario es empedrar el camino
a la desaparición.
Finalmente,
cúmpleme expresar mi gratitud en nombre de los aficionados ecuatorianos por la
solidaridad demostrada en esta crisis, por los capítulos de España y Venezuela,
crisis que no termina todavía, pues la amenaza sigue latente, lo cual nos
obliga a no bajar la guardia y en eso estamos, porque la llama taurina de la
afición –en las plazas en donde se matan los toros como debe ser- nace, crece y
lejos de morir se reproduce, porque está en el alma, y el alma, no lo
olvidemos, es inmortal.
Ojalá
en el Ecuador, no tengamos que entonar aquella ya tradicional canción
venezolana cuyo estribillo dice:
Gracias te queremos dar
señor Gobierno, por permitir el infierno en que vivimos,
si de hambre no morimos, moriremos del pesar,
al ver que van a acabar con la Patria en que nacimos…
Los rectos presidentes de la plaza de toros de Iñaquito Mauricio Riodrío y Santiago Cano reciben un homenaje en Quito por el Círculo Bienvenida por su ejemplar trayectoria tras ser cesados del cargo por supuesta instigación de los empresarios de CITOTUSA
Mauricio Riofrío un simbolo de la afición quiteña