Manuel Mejías "Bienvenida" Papa Negro del Toreo
El día 14 de Octubre de 1905 tomó la alternativa en Zaragoza de manos del Algabeño que le cedió el toro «Huidor» de los Herederos de Benjumea. Testigo Lagartijo Chico. Cortó una oreja. Su padre le hizo dos encargos: Uno, que depositara mil pesetas al pie del camarín de la Virgen antes de la corrida; otro, que al concluir aquella gastara otras tantas en un juego de azar para que propicia o adversa que fuera su fortuna no volviera a pisar una casa de juego. Cumplió los encargos y ganó. Repartió su importe entre su cuadrilla y nunca más volvió a una sala de juego. El 14 de marzo de 1906 Algabeño se la confirmó en Madrid con el toro Javato de Miura.
ARCHIVO SANTAINÉS Año 1911.
Boda de Manuel Mejías y Carmen Jiménez Álvarez
LA CURIOSA HISTORIA DEL PAPA NEGRO
ANTONIO SANTAINÉS CIRÉS
BARCELONA. ABC 25/11/2007
Le pregunté a Juanito Bienvenida si recordaba alguna anécdota de su padre. Me contestó: «Muchísimas, Antonio, muchísimas. Mi padre era todo un anecdotario».
La precocidad y las congénitas cualidades para el arte de torear de Manuel Mejías Rapela las justifica su padre, excelente banderillero, cuando la muerte ronda su entorno. «Teresa, muero tranquilo, porque nada ha de faltarte. Ahí te dejo un torero que sabrá ganar para vosotras». Fue torero desde la cuna. En su infancia, pleno de juventud, mermadas sus energías, ya viejo. Fue como el Guerra. La retirada le quitó del ruedo pero no de la profesión. El toreo fue para él arte, consuelo, distracción, el fin de su vida.
Manuel Mejías Rapela (Bienvenida III), hijo de Manuel Mejías Luján (Bienvenida I) y de Teresa Rapela Camacho nació el 12 de febrero de 1884 en Bienvenida (Badajoz), en la calle del Cuerno, número 15, después llamada de Usagre y desde 1963 lleva su nombre. Desde pequeño vivió en Llerena.
El primer dinero que ganó
En 1891, a los 7 años, se traslada a Sevilla con sus padres en la calle La Mar del barrio de la Carretería. Torea en la calle y en el Baratillo, rodeado de admiradores y, un día, un turista inglés le tira una libra esterlina, diciéndole: «Toma «torrerito», tu eres un grande artista». Es el primer dinero que gana en su vida. En 1892, achacoso y enfermo marcha el padre con Cuatro-dedos al Brasil.
Se entera Manolito que en el cortijo El Cuarto de Miura hay un toro que le cuelga una mano. Pero dentro de su cojera con peligro. Con la inconsciencia de los nueve años le dio un pase de pecho y al volverse un natural sin mover un músculo.
En agosto de 1893 parte para Portugal donde suma un total de 17 becerradas y en 1895 va contratado a la isla Tercera (Azores) y torea 6 becerradas. A su regreso forma con Revertito la «Cuadrilla de niños sevillanos».
El sueño dorado de Manuel es torear en Madrid en 1898. Pero la cosa no se presenta nada fácil. Don Alberto Aguilera que ocupa el cargo de Gobernador, escucha al padre de Bienvenida Chico y su negativa es irrevocable. Pero bien es cierto que la voluntad de los hombres mueve montañas y, un corazón vulnerable, el de don Ramón Gasset fue el afortunado mediador en esta causa perdida. El pequeño Bienvenida fue anunciado para matar dos becerros en una función mixta en Madrid el 18 de diciembre de 1898. En la primera parte el aficionado Cerote sobre zancos debió matar un becerro embolado que volvió vivo al corral. A continuación el torero en miniatura Bienvenida estoqueó dos becerros y finalmente dos novillos de Terrones Vicente Pastor. El hijo de Mejías Luján gustó mucho. Al segundo lo mató de una buena estocada, saliendo limpiamente de la suerte. Cosechó muchos aplausos, cigarros y monedas.
En 1900 va contratado a Francia a torear seis corridas en una placita que tiene el torero Felix Robert en Niza. Pero en la tercera resulta herido de gravedad. Con picadores torea por primera vez en Badajoz el 30 de marzo de 1902 y corta una oreja. Su intento de ir a Madrid resulta fallido de nuevo ante la negación de don Pedro Niembro. Pero no se doblega el chaval. Don Ramón Gasset, su valedor, no se encuentra en Madrid pero sí su cuñado don José Ortega Munilla, director de El Imparcial. A él recurre Manuel, es recibido con cariño y logra que interceda a su favor. El pequeño Bienvenida torea en Madrid el 8 de marzo de 1903 con Regaterín y Mazzantinito. Los novillos que son de Arribas Hermanos toman 27 varas y despanzurran nueve caballos. La crítica ensalza el valor y el arte de Bienvenida.
La cabeza del toro desaparecida
En 1905 Manuel Mejias Bienvenida obtiene dos éxitos apoteósicos en Barcelona. Se presenta el 9 de julio en Las Arenas con Corchaíto. Brindó su primer toro al Almirante de la Escuadra inglesa Lord Beresford que le hizo el curioso obsequio de cinco libras esterlinas. Uno de los mayores éxitos de Bienvenida fue el del 8 de octubre en Las Arenas de Barcelona, alternando con Relampaguito y Negret, con el novillo «Polvorillo» de Felipe Salas. «El toro tomó cuatro puyazos -me dijo- echando dos picadores a la enfermería». El tercio de banderillas fue colosal, arrojándole el público sombreros y puños de camisa de celuloide y ...«al coger espada y muleta en la cara me cayó una blusa de obrero. La enganché al palillo de la muleta, le di cinco pases y una estocada por el hoyo de las agujas». Mandó disecar la cabeza, con una oreja menos. Desapareció. Cuarenta años después la encontró Juanito Bienvenida en un bar del barrio chino y la compró por 7.500 pesetas. Su padre lloraba de alegría.
Alternativa en Zaragoza
El día 14 tomó la alternativa en Zaragoza de manos del Algabeño que le cedió el toro «Huidor» de los Herederos de Benjumea. Testigo Lagartijo Chico. Cortó una oreja. Su padre le hizo dos encargos: Uno, que depositara mil pesetas al pie del camarín de la Virgen antes de la corrida; otro, que al concluir aquella gastara otras tantas en un juego de azar para que propicia o adversa que fuera su fortuna no volviera a pisar una casa de juego. Cumplió los encargos y ganó. Repartió su importe entre su cuadrilla y nunca más volvió a una sala de juego. El 14 de marzo de 1906 Algabeño se la confirmó en Madrid con el toro Javato de Miura.
Escribía en el Liberal de Madrid don José de la Loma, el hiperbólico Don Modesto. Había nombrado en la corrida a beneficio del Montepío de Toreros en Madrid el 24 de octubre de 1908 Sumo Pontífice del toreo a Ricardo Torres Bombita y Cardenal Secretario a Machaquito.
El pleito de los miuras no fue óbice para que al empresario de Madrid don Indalecio Mosquera, de aspecto atrabiliario, en el fondo más que inteligente, astuto y más que franco, taimado, aquel 1910 no se le presentaba con mal careo.
Bienvenida toreó el 24 de abril y los días 2, 26 y 29 de mayo con éxitos que sorprenden y maravillan a los madrileños. En la del 29 se desborda el entusiasmo y sensibiliza a Don Modesto que lo proclama Papa Negro del toreo. Dispuesto a remontarse a las más altas cumbres del Himalaya taurino sale el día 10 de julio en la plaza de Madrid a despachar seis toros del conde de Trespalacios. Pero el tercer toro, Viajero se llamaba, salió a su encuentro. Bienvenida inició la faena con un natural infiriéndole el toro una cornada gravísima en el muslo izquierdo.
En Bogotá (Colombia), el 4 de agosto de 1918, Manuel Mejías Bienvenida, estando solo en la arena, porque la cuadrilla le pedía más dinero, lidió cuatro toros en el Circo de San Diego. Hizo de peón, banderillero, matador y puntillero.
Despedida en México
Su definitiva despedida fue el 28 de marzo de 1927 en la plaza El Toreo de México D.F. Es conocida la foto en la que Manolito y Pepe Mejías ayudan a su padre a quitarse el añadido.
La foto ilustrativa es del año 1911. Cuando Manuel Mejías contrajo matrimonio con la señorita Carmen Jiménez Álvarez. Para Ángel Luis, su madre fue una mujer con tanta ternura, tan fuerte a la vez; una mujer con un cariño para todos nosotros...La recordamos con profundo respeto y admiración.
El Papa Negro fue un personaje de una prodigiosa intuición reveladora. Cuando los éxitos de sus hijos Manolo y Pepe, cuenta Felipe Sassone «yo le propuse a Manuel que pusiera un rótulo a su casa y un anuncio en los periódicos: Sevilla, Marqués de Paradas 33, fábrica de toreros».
Manuel Mejías murió en Madrid a las once menos diez de la noche del 4 de octubre de 1964. Un hombre íntegro y una alma buena.