José Nelo Morenito de Maracay
Plaza de Las Ventas / Agosto de 1987
Se va el negro 'Rey del quiebro'
Madrid. José Nelo 'Morenito de Maracay' se despide el año próximo tras 35 años de alternativa. Fue el matador venezolano con más proyección en España después de César y Curro Girón, un imprescindible en los carteles de banderilleros de los 80, suerte en la que fue maestro, e insuperable 'al quiebro'.
El proximo 25 de noviembre, José Nelo cerrará temporada como padrino de alternativa de su sobrino Enrique Nelo en su querida Maracay con el testimonio de otro torero de la tierra como lo es Leonardo de Maracay, en lo que será preámbulo de su grandiosa despedida el próximo año en la ciudad que le dio un nombre taurino, la preciosa Maracay.
La efeméride, que pasará para algunos inadvertida, será muy especial para quien escribe estas líneas, pues fue precisamente la llegada de este torero a España la que indirectamente me 'inoculó' las primeras gotas del veneno taurino, pues fuimos vecinos en los primeros tiempos de residencia del venezolano en España, en la casa de su mentor y apoderado de siembre, el independiente Luis Álvarez.
A principio de los ochenta, siendo yo niño, comenzó a vivir un matador a la casa de enfrente, la de Luis 'el torero', como conocíamos nuestro barrio de Las Rozas a Luis Álvarez. Eso llamó mi atención, más si cabe al descubrir que era moreno de piel.
Me pareció entonces un tipo fuera de lo común, negro como digo, y altísimo -con diez años todos los adultos parecen muy altos, aunque este, además, lo era-, al que los niños del barrio veíamos algunas veces entrenar en un rinconcito de albero que tenía su apoderado en la parcela.
Esa arena casi naranja que nunca había visto, el rojo de las muletas y, sobre todo, el fucsia de los capotes, todos enormes según mi visión infantil, pesadísmos en las manos de la pandilla me parecían una cosa de otro mundo, del que yo soñaba formar parte algún día, o al menos conocer mucho más.
Pero el día más especial fue cuando los hijos de Alvarez nos invitaron a asistir a Las Ventas a una corrida de toros, creo que una novillada, nada menos que a bordo del coche de cuadrillas de Morenito de Maracay, para nosotros Nelo. Se trataba de la típica ranchera americana, con una ancha franja color madera sobre el fondo crema de la carrocería. No recuerdo lo que pasó esa tarde en la Monumental, pero sí que aquello me fascinó.
Empecé a seguir lo que sucedía en las plazas de toros, atraído en esos inicios por la espectacularidad del tercio de banderillas, sobre todo. El alicantino Esplá, el malogrado torero francés Nimeño II y el portugués Victor Mendes, con los que a menudo compartía cartel Morenito, estaban también entre mis preferidos.
Y en ese tercio de banderillas, lo que me parecía más espectacular eran, claro, los pares al quiebro del venezolano, auténtico 'Rey' ejecutando esa suerte. Hagan la prueba, busquen imágenes de 'banderillas al quiebro' en Google, y le devolverá dos fotos antiguas y en tercer lugar, otra de Morenito de Maracay, como modelo de ejecución de esta suerte.
Lo recuerdo al hilo de las tablas, casi siempre vestido de blanco, o de palo, colores que destacaban con su tez y pelo oscuros, llamando al toro y esperando el último instante para ejecutar el quiebro. En el capote también, las ajustadas chicuelinas. En fin, que Morenito fue un torero grande, y uno de los mejores banderilleros que han pisado una plaza de toros, y además en la época de oro de esta suerte, con carteles de 'especialistas' en todas las ferias.
Una frase de Curro Fetén, es esclarecedora sobre cómo ha sido el arte de este venezolano, hecho en España, muy lejos de los 'tics' de los toreros del otro lado del Atlántico, "este ni es negro ni ná, es un gitano harto de playa”.
Su tarde más gloriosa en España fue sin duda la del 3 de agosto de 1987, cuando salió a hombros de la plaza de Las Ventas en un cartel que compartió con el alicantino Esplá y el francés Nimeño II. La crónica de Joaquín Vidal de esa tarde, describe elocuentemente las mejores virtudes del torero venezolano.
"Qué transfusión de torería le haya hecho últimamente a Morenito de Maracay su apoderado, Luis Álvarez, constituye un misterio. El hecho cierto es que Morenito la llevaba ayer en la masa de la sangre y le rezumaba en los lances dichos, pero también en la brega, en la lidia perfecta que dio a sus toros. Por supuesto también en los pares de banderillas, de los cuales dos al quiebro fueron sencillamente sensacionales. Y en el toreo de muleta, mucho más cuando ejecutaba el natural que el redondo; mucho más aún en los pases de pecho, en los cambios de mano, en las trincherillas, en los desplantes.
Alguna nubecilla debía tener la luminosa tarde torera de Morenito de Maracay -nada es perfecto-, y fue la escasa construcción de sus faenas, consecuencia de un barroquismo innato en el diestro, que moderará en cuanto su apoderado le haga la segunda transfusión. Se trata de su propensión a torear sin unidad, por todo el ruedo; a ponerse retador en mitad de las tandas, apabullando al toro brazos en alto, como si fuera el coco. Al verle así de farruco, los toros se llevan unos sustos de muerte.
De cualquier forma Morenito iba ayer a por todas, incluída la hora de la verdad o suerte suprema, y la consumó manejando brillantemente la bella tizona de acero toledano, con la que fulminó a los Cobaleda por el hoyo de las agujas, marcando limpia, pausada, honradamente los tiempos del volapie".
Biografía
José Nelo Almidiciana, 'Morenito de Maracay' (Maracay, Venezuela, 23 de agosto de 1955).
Debutó sin caballos en Venezuela en 1971 y en 1974 hizo su debut en su primer festejo con caballos.
En 1976 se presentó en España como subalterno de Rafael Ponzo, pasando a participar en novilladas en 1977 y 1978, su primera novillada en Las Ventas fue el 16 de abril de 1978, alternando con José Castilla y Pedro Mariscal.
El 24 de septiembre de 1978 tomó la alternativa en Barcelona teniendo como padrino a Dámaso González y testigo José Mari Manzanares. Desde entonces desarrolló una larga carrera en ruedos de España y América.
Confirmó la alternativa en Las Ventas el 31 de mayo de 1981 apadrinado por Luis Francisco Esplá y teniendo como testigo al torero francés Nimeño II con el toro Noguero de la ganadería de Félix Cameno.
Después de César y Curro Girón ha sido el torero venezolano con más proyección en España.
Además de su carrera como torero, Nelo ha desarrollado en paralelo su actividad como ganadero en España.