domingo, 13 de septiembre de 2015

Venezuela: Siete orejas en la última de la feria de Tovar / por Jorge Cepeda


Orellana triunfador de la feria; le acompaña Esaú Fernández. Foto: J Cepeda


Rafael Orellana y Esú Fernández indultaron dos toros del buen encierro de Campolargo que salió también a hombros por lapuerta grande.
  • El mexicano Zaldívar cortó una merecida oreja

Jorge Cepeda
Tovar, 13 de Septiembre de 2015
Se bajó una vez más el telón de la tradicional Feria de Tovar, en honor a la Virgen de Regla, en su edición 2015 que es la No 172. Este domingo salió el toro que es el rey de la fiesta y se vio un buen espectáculo ya que la ganadería de Juan Campolargo envió una corrida terciada y que dieron buen juego para que dos de sus pupilos se le indultaran; los demás dieron buen juego para que el venezolano Rafael Orellana se consagrara ante sus paisanos al cortar dos orejas al primero de su lote y dos más, simbólicas a su segundo al otorgársele el indulto. 

Por su parte el español Esaú Fernández también indultó uno de sus toros y el mexicanoArturo Saldívar cortó también una merecida oreja. Hubo una buena entrada en los tendidos y la gente salió contenta por el buen juego que dieron los toros yaracuyanos.

Rafael Orellana

El torero tovareño viene bien embalado en sus últimas actuaciones y lo demostró ante sus paisanos. Con su primero al que tuvo el detalle de colocar un aviso a su capote en apoyo a los niños quienes no pudieron entrar a la plaza de toros ya que se le tiene prohibido su entrada por lo que recibió la primera ovación. Con su primero le dio unas verónicas bien plantadas en el tercio donde oyó cerradas palmas, las que remató bien con una media. Con la muleta, su faena fue bien plantada donde sobresalió con derechazos largos y de mando para rematar bien con los de pecho; el trabajo muleteril se fue a mas a pesar que el ejemplar desentonó un poco; el torero le colocó una estocada efectiva que le valió para que le dieran las dos orejas. 

Con su segundo de nombre “Verdulero” con el número 11 y 430 kilos, estuvo aún mejor que con su primero; el toro mostró una estela de nobleza y de entrega ante la muleta del espada tovareño donde sin abrir el hocico embistió y le permitió cuajar una importante faena para que el público pidiera el indulto el cual fue otorgado.

Arturo Saldívar

El mexicano no pudo ligar un par de toros que le dejaran estar mejor, pero con su primero estuvo muy a gusto, sobre todo con la capa, pues en los medios realizó un quite por Lopecinas, a pesar que se le quedaba corto; sin embargo, con esa muleta poderosa logró templados derechazos y naturales de gusto y valor; fue una pena que lo calara con la espada por lo que recibió palmas. 

Con el quinto, nuevamente Saldívar estuvo bien con la muleta ante un toro que fue complicado; pero con mucho dominio logró derechazos que gustaron al cotarro y con su conocimiento de lidiador obligó que le otorgaran una merecida oreja con un espadazo limpio que hizo rodar al morlaco sin puntilla.

Esaú Fernández

El torero español estuvo muy entregado en esta tarde. Con su primero un toro de buen recorrido y son a la muleta; lo único fue que desentonaba por lo pequeño; lo fue metiendo en el canasto y le realizó una gran faena sobre ambas manos donde demostró su arte que lleva y la entrega ante este toro de nombre “Siempre Listo” al que le otorgaron el indulto; el torero con dos orejas simbólicas, paseó la periferia con el ganadero Juan Campolargo. 
Con el sexto, un toro que no fue bien picado y llegó muy crudo a la muleta, por lo que con mucho decoro le ejecutó algunos muletazos y le despachó pronto. 

Ambos salieron al final del festejo por la puerta grande con el ganadero.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Venezuela: Sin trofeos en la Feria de Tovar en sus dos festejos: 6 y 11/09. / por Giovanni Cegarra


Verónica de JA Salas - foto: Jorge Cepeda

Sin trofeos en la Feria de Tovar 
en sus dos festejos: 6 y 11/09. 

Giovanni Cegarra
La novillada ferial de la 172ª de Virgen de Regla en Tovar, se ha cumplido la tarde-noche del viernes 11 de septiembre, con registro de media entrada larga de aficionados en el Coliseo El Llano; cinco novilleros venezolanos y un mexicano han lidiado un encierro de Los Aránguez. El estoque ha sido el enemigo natural de los actuantes, en una novillada sin pena ni gloria. Sin cercenar orejas en lo que va del ciclo taurino de la feria patronal taurina tovareña que inició el pasado domingo 6 con la corrida de los tovareños.
  • Angel Ramos, silencio
  • José Antonio Salas, vuelta por su cuenta
  • Ricardo Rocha El Fraile, silencio
  • Alejandro Barragán, aviso
  • Gabriel González El Gabo, silencio
  • Joselito Vásquez, silencio

Angel Ramos ha lidiado un novillo que ha aprendido rápido, toreado con derechazos de rodillas, coloca estocada tras tres pinchazos.

José Antonio Salas de faena templada ante noble novillo, esporádicos derechazos, pincha hondo, estocada que cala y media con derrame.

El mexicano Ricardo Rocha El Fraile le ha tocado un novillo que se ha parado y nada ha podido ejecutarle, salvo dos faroles de rodillas; estocada tras cuatro pinchazos.

Alejandro Barragán ha estado entregado, coloca tres excelentes pares de banderillas, faena emotiva, apurado en la suerte suprema, coloca una estocada baja que cala, una trasera caída, cuatro descabellos; escucha aviso.

Gabriel Vivas El Gabo pese a estar voluntarioso, evidente falta de oficio, pinchazo hondo.

Joselito Vásquez voluntarioso, bien en el tercio de banderillas, faena acelerada ante novillo parado, tardo, errático con el estoque.

**El agradecimiento a Víctor Eduardo Ramírez Molina Vitico por su colaboración a esta Corresponsalía.


viernes, 4 de septiembre de 2015

México: Bibliófilos Taurinos y Círculo Bienvenida entregan sus trofeos de temporada.



"Bibliotauro Luis Ruiz Quiroz"
y
"Fábula Ganadera" 
para
Xavier Sordo Bringas, Ganadero de Xajay


 “Bibliotauro Luis Ruiz Quiroz” escultura insigne de Bibliófilos Taurinos de México (BTM), así como la del Premio Fabula Ganadera por parte del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida, Capitulo de México, al Arquitecto , por haber sido designado su encierro como el mejor de la Temporada Grande 2014-2015

ENTREGA DEL BIBLIOTAURO, LA FABULA GANADERA Y PREMIO AL MEJOR TORO.

México D.F., 04/09/2015
El pasado miércoles 2 de Septiembre, se llevó a cabo en las instalaciones del Foro Chapultepec de la Ciudad de México, la entrega del “Bibliotauro Luis Ruiz Quiroz” escultura insigne de Bibliófilos Taurinos de México (BTM), así como la del Premio Fabula Ganadera por parte del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida, Capitulo de México, al Arquitecto Xavier Sordo Bringas, Ganadero de Xajay, por haber sido designado su encierro como el mejor de la Temporada Grande 2014-2015, de la Plaza de Toros México, el cual fue lidiado el 7 de diciembre del 2014.

Por parte de los Bibliófilos, fue el Arq. Miguel Luna Parra, Presidente de dicho grupo (BTM), quien entregó el “Bibliotauro”, y el Lic. Jorge Espinosa de los Monteros, Presidente del Capítulo de México del Circulo Bienvenida, fue quien le entrego al mencionado ganadero la “Fabula Ganadera. Asimismo, ambos Presidentes también le entregaron al Arq. Sordo Bringas un reconocimiento, al haber sido designado el toro “Gibraltar “#83 de 500 kg, como el mejor de la Temporada 2014-2015 en la Plaza de Toros México, el cual fue lidiado el pasado 8 de Febrero del año en curso, por el matador Sergio Flores 

Después de las premiaciones antes comentadas, la fotógrafa Daniela Magdaleno, quien decoró con sus trabajos el evento, obsequió al ganadero triunfador Javier Sordo Bringas, una fotografía de la tarde del indulto de Gibraltar.

Dicho acto concluyó con un vino de honor que se ofreció a los asistentes al evento que acudieron en gran número.






martes, 1 de septiembre de 2015

Recordando a Manolo Bienvenida



“Cerró los ojos –contaba Antonio—y por lo bajini, como no queriendo que yo lo oyera, dijo: ¡¡Dios mío!!, pronunciado de tal manera que me di cuenta que él se había visto allí su propia muerte. 

Falleció el 31 de agosto de 1938 en San Sebastián

LA MUERTE DE MANOLO BIENVENIDA DESPLAZO EL INTERES INFORMATIVO DE LA BATALLA DEL EBRO

Republica, guerra civil y toros 
Publicado el 16/05/2010 por El Zubi
La muerte de un torero siempre es noticia de gran impacto popular. Y si ese torero es una primera figura del momento, la repercusión de su muerte desborda por completo la imaginación del pueblo. Eso ocurrió el último día del mes de agosto de 1938, cuando los periódicos vocearon la muerte inesperada de Manuel Mejías Jiménez “Manolo Bienvenida” un torero pleno de facultades y que se encontraba en su mejor momento. La noticia estremeció a toda la afición y a todos los españoles que luchaban en aquellos días en ambos frentes, incluso desplazó en interés popular a las informaciones que los periódicos y las radios facilitaban sobre la batalla del Ebro. 

En San Sebastián moría un matador de toros de leyenda. En el frente de Aragón habían caído ya, por las balas y la metralla, mas de 2.000 hombres.Corría el año 1938. Hacía dos años que había estallado la guerra civil en España y a estas alturas la contienda había entrado en una fase muy dura para ambos Ejércitos. Manolo Bienvenida al igual que otros toreros, al caer en zona nacional siguió toreando. En la retaguardia nacionalista el triunfalismo mantenía la moral y minimizaba los reveses del frente. Para el público que iba a los toros, al menos durante unas cuantas horas la guerra dejaba de existir. 

Manolo Bienvenida era una de las máximas figuras de su época, junto a su hermano Pepote, a Marcial Lalanda(que se cambió de bando a través de Francia), Feliz Rodríguez, Antonio Márquez (que le dio la alternativa),Cayetano Ordoñez, Vicente Barrera, y Juan Belmonte, (Rafael El Gallo quedó atrapado en Madrid) junto a otros muchos toreros mas, torearon con frecuencia en estos años de lucha fraticida no sólo en España sino también en Francia. 

Manolo Bienvenida alcanzó su cenit de rivalidad en los ruedos con Domingo Ortega precisamente en la turbulenta primavera de 1936. Tenía un gran temperamento como torero y como persona. Muy simpático y alegre sabía transmitir la gracia sevillana a su toreo, entre belmontista y gallista. Fue un extraordinario lidiador, muy valiente, elegante, variado, pleno de gracia, dominador de todas las suertes, de los que en la jerga taurina se le llama un “torero largo”. Estaba entregado por completo a su profesión. La mala suerte comenzó a hacerle mella un año antes de su muerte. El 29 de agosto de 1937, Manolo torea en Bilbao un lote de Juan Pedro Domecq compartiendo cartel con La Serna y Noain.Un toro lo coge de forma aparatosa y sufre un golpe que le ocasiona una grave desviación de la columna vertebral, lesión de la que tarda mucho tiempo en recuperarse. El 10 de octubre vuelve a torear en Granada. Allí comienza a cansarse mucho durante la lidia. Al banderillear siente una gran opresión en el pecho. La cosa va a más, pues el 7 de noviembre de 1937 en Sevilla, en la corrida con la que cerraba su temporada, no aguanta ya ni el nudo del corbatín y se lo tienen que desabrochar. A la salida de un par de banderillas se apoya en las tablas y faltándole el aire le dice a su mozo de espadas: “...me falta el aire. No puedo respirar...”.

El invierno de 1938 lo pasa reponiéndose en la finca paterna de “La Gloria”. Allí se entretiene largas horas con sus perros, animales por los que sentía especial predilección. Va a Salamanca a entrenarse, pues el 6 de febrero está anunciado en Talavera y el 3 en un Festival enSan Sebastián junto a sus hermanos Pepe y Antonio,Marcial Lalanda y Juan Mari Pérez Tabernero. Retorna con éste último a su finca de Salamanca a respirar aire puro de la dehesa pero no le llega la mejoría. Es más, la cara le amarillea y le faltan ganas de comer. Nadie sospecha que Manolo está toreando las últimas corridas de su vida, con los pulmones heridos de muerte, sin que se los hayan atravesado los pitones de un toro.


Mientras tanto la guerra sigue su curso dramático y cruel. Los dos Ejércitos comenzaban a agotarse. Parecía mentira que hubiera tanta resistencia en el Ebro y en las cercanías de Valencia. La batalla del Ebro está resultando más difícil y cruenta de lo que Franco esperaba. Los Rojos atraviesan el río obligando a los Nacionales a replegarse. El Ejército Republicano se reorganiza de manera eficaz, apoyado por los nuevos aviones cazas y bombarderos rusos. La aviación nacionalista no da abasto al bombardear la resistencia y la zona del Ebro, que más bien parecía un país extranjero por las muchísimas nacionalidades de los combatientes que allí se dejaban la vida. 

Las últimas semanas del verano ensombrecen el panorama de la guerra por ambos lados. Se intenta pactar por parte de los Republicanos. Franco no acepta ya que ambiciona la victoria total. Mientras, el presidente Negrín confía en que estalle pronto la guerra mundial, que ya parece a punto, y así atacar a Franco por todos los flancos. Los comunistas catalanes mantienen su espíritu de lucha y no desean un armisticio, sino combatir hasta el final cueste lo que cueste. 

Manolo Bienvenida torea en aquellos días un Festival en Villaviciosa de Odón, muy cerca de las trincheras del frente de Madrid. Torea sus últimas corridas en Burgos (con Antonio Márquez y Marcial Lalanda) y en San Sebastián (con el Niño de la Palma yVicente Barrera) en el mes abril. El 2 de mayo alterna en Talavera con La Serna y Curro Caro. Como Gallito, Manolo Bienvenida tiene sólo 25 años. Ya no vuelve a hacer ningún paseíllo más en España, pues tras torear una corrida de San Isidro en Lisboa, se da cuenta de que ya no puede ni con su alma y tiene que echar mano de los médicos.Los facultativos creen que su dolencia no es más que un quiste hidatídico que le han contagiado sus perros en la finca “La Gloria”. Le operan en San Sebastián, donde la familia veraneaba, y al abrirle, los médicos descubren algo peor que un quiste: un sarcoma pulmonar (cáncer de pulmón) que le está comiendo su juventud, su simpatía, su alegría y su propia vida. 

En cierta ocasión, su hermano Antonio recordó aquellos días del postoperatorio en el hospital de San Sebastián, en que Manolo al ir a afeitarse se vio en el espejo demacrado y muy flaco: 

“Cerró los ojos –contaba Antonio—y por lo bajini, como no queriendo que yo lo oyera, dijo: ¡¡Dios mío!!, pronunciado de tal manera que me di cuenta que él se había visto allí su propia muerte. 

Fue muy hombre mi hermano Manolo, hasta para morirse”.Esto ocurrió el 31 de agosto de 1938 en San Sebastián. Otra vez llantos por un torero en las calles de Sevilla por donde desfiló su entierro desde Triana (llegó el cadáver por la carretera de Extremadura), hasta el cementerio de San Fernando en el que descansaron sus restos provisionalmente junto a los de su hermano Rafael, asesinado en Sevilla a tiros por un loco en 1933. Los restos de los dos hermanos fueron trasladados años más tarde a Madrid. La noticia de la muerte de Manuel Bienvenida sacudió dramáticamente a las “dos Españas” y por una vez, la muerte de un torero de leyenda las puso de acuerdo en algo. Los que son las cosas... la muerte de un torero desplazó de los periódicos la muerte de más 2.000 hombres en el frente del Ebro. 

viernes, 28 de agosto de 2015

Pemán a Manolete

Escucha el verso, Córdoba, buscando las estrellas.
¡Nada de romancillos con ángeles toreros!
¡El que ha muerto tenía los ojos pensativos,
como dos pozos negros!

Hay que llorarlo, Córdoba, como pasa tu río
bajo los arcos altos de tu puente, en silencio.
Y hay que estar en su muerte, como él ante los toros,
elegante y sereno.

Nada de romancillos, Córdoba, ni cantares.
Un medio tono lleno de tristeza en el verso.

Son las siete doradas de su tarde infinita.

Ha dejado el capote de brega, y en silencio,
con un gesto tranquilo de victoria y descanso
ha tomado el capote del último paseo
Y se ha marchado erguido, contra la tarde quieta,
de espaldas a las rosas, y -¡por fin!- sonriendo………..


José María Pemán

MUERTE DE UN TORERO / por José María Sánchez Martínez-Rivero.


Mausoleo de Manolete / Foto de José María Sánchez Martínez-Rivero

"...Manolete puso a su vida el punto final de gran torero. Había muerto en una plaza de toros como Joselito, como Granero, como Ignacio Sánchez Mejías. Torero de hoy con valor de ayer. Torero de romance. Y para final la Inmortalidad..."


MUERTE DE UN TORERO

¡Vamos, Manuel, que es la hora y va a empezar la corrida!
Ese, es Pinturas, que llora.
La sangre, la última herida..
¿Ya no te acuerdas Manuel?
Se quedó tu sangre a mares en medio del redondel
de la plaza de Linares.

M. Remis (Fragmento)


José María Sánchez Martínez-Rivero
En Collado-Villalba, 28 de agosto de 2015

Alfredo David, peón de confianza de Manolete, ya lo anticipó en una ocasión:

“De pasarle algún percance grave a Manolete, será a la hora de matar.”

Manuel Rodríguez, fue uno de los mejores estoqueadores que ha dado la Tauromaquia. Ya en su presentación en Tetuán de las Victorias, un crítico de la época escribió: 

“Que pena que toree tan mal matando tan bien.”

Marcaba perfectamente los tres tiempos del volapié, arranque, cruce y salida. En Linares, “Islero”, no siguió los vuelos de la muleta y cuando Manolete ya le había clavado el estoque, lentamente; en la salida, el toro giró la cabeza hacia su lado izquierdo empitonando al diestro cordobés en el muslo derecho con el pitón del mismo lado.

Don José Flores, su apoderado, comentaba que el toro no le gustaba y que era muy peligroso:

“El toro era muy peligroso, por eso cuando Manolo se acercó a mí, para tomar estoque y muleta, me preguntó como veía yo al de Miura, le aconsejé: El toro no es bueno. Échale la muleta abajo y procura dominarlo. Aquélla faena que le hizo Manolo no era, ni muchos menos, la que el toro merecía.”

“Camará” se dio perfectamente cuenta de la gravedad de la cornada. Relata:

“Salté la barrera y corrí hacia el lugar de la cogida. Todavía en la enfermería, yo no quería creer que la herida fuese mortal.”

Otros miembros de la cuadrilla dejaron constancia de su impresión al ver a Manolete herido:

Antonio Labrador, “Pinturas”, banderillero del diestro cordobés:

“El maestro entró a matar despacio. El toro echó la cara arriba y sobrevino la cogida. Corrí a hacer el quite y observé, extrañado, que Manolete se quejaba, cosa que nunca había hecho. Esto me impresionó vivamente y me hizo formar una idea de la gravedad del percance.”

Dice que no habló con Manolete en la enfermería, pero que le oyó decir:

“¡Madre mía!, ¡Dios mío!, ¿Pero el toro habrá muerto de la estocada? ¡Y me habrán dado la oreja!

¡Preocupándose del triunfo con una cornada que le costaría la vida! Pundonor hasta en su última hora.
Primo hermano y banderillero de Manolete, Rafael Saco, “Cantimplas”, relata así los momentos dramáticos de la cogida:

“Fuera de la barrera estaba yo, en terrenos de chiqueros, siguiendo el trasteo de muleta con tanto interés como impaciencia. El toro era manso, echaba la cara arriba y abajo y en cada pase veía cogido a mi matador. Después de la cogida yo fui el primero que entró al quite. Tomé a Manolete en brazos, y ayudado por no sé quien o quienes, lo llevamos a la enfermería. Me salí después. Era tan tremenda la herida que me dio miedo.”

El picador de Manolete, Barajas, más conocido por “Pimpi”, estuvo hasta el último momento al lado del Monstruo. Comentó:

“Estuve a su lado hasta que expiró. No me separé de su lado un solo instante. Las cinco transfusiones de sangre las soportó con todos sus sentidos. Se quejaba, eso sí. Y me decía: Pimpi no te vayas. Dios te pagará cuanto haces por mí. ¡Una tragedia! Yo, la verdad, en un principio no creí que la cornada pudiera costar la vida a nuestro gran torero.”

El testimonio de Guillermo, uno de sus mozos de espada, y que junto con Cantimplas lo trasladó a la enfermería es desgarrador:

“A unos metros de Manolo, entre barreras, estaba yo. Perfecta cuenta me di del peligro que corría el torero. Al Pelu (Cantimplas) y a Pinturas les dije, varias veces, que anduvieran con cuidado. Y a Manolo cuando montó el estoque, no pude contener un grito. Fue éste ¡aligera y con el brazo por delante!
Manolo quiso hacer la suerte con toda honradez y sobrevino el percance. Fui el primero en llegar a recoger al torero. Creo que con Cantimplas, Camará, Sevillano y algún otro, le llevamos a la enfermería. Yo no pude, no quise entrar. Me atenazaba la congoja. Y preferí no verlo -¡hasta verlo muerto!-, a dar un mal rato a quien tanto quise... No tuve valor para soportar tan cruel momento”.

Después la intervención en la enfermería, el traslado al hospital de los Marqueses de Linares y... la muerte de esa gran figura del toreo. Eran las cinco y cinco minutos de la mañana del día 29 de agosto de 1947.

¡Córdoba lloró, junto con España y el orbe taurino la desaparición del gran torero!

José Luís de Córdoba, periodista y amigo de Manolete, testigo presencial, escribió sobre el traslado del cadáver desde Linares a la capital cordobesa:

“Venía el cadáver de Manolete en una sencilla caja de hospital, de tabla lisa, sin forrar, envuelto en un blanco sudario y en una ambulancia de la Cruz Roja. Le seguía un corto número de automóviles ocupados por Camará, Álvaro Domecq y otros amigos. En la mañana nublada, con barruntos de tormenta, se agolpaba el público a un lado y a otro de la carretera. Los ojos de muchas personas –mujeres sencillas y curtidos hombres del campo- aparecían enrojecidos por el llanto. Fue emocionante la entrada en la ciudad por la Avenida del Obispo Pérez Muñoz y la Torre de la Malmuerta. Y también la llegada a la avenida de Cervantes, en la que ante la casa del torero, se agolpaba una gran masa de público. Una vez allí fue llevado el cadáver a hombros de amigos, compañeros y familiares, a una dependencia del edificio.
Se había cubierto con paños negros, festoneados de oro el salón donde quedó instalada la capilla ardiente. Un gran crucifijo la presidía. Allí, a media tarde, quedó colocado el cadáver de Manolete, que también ostentaba una pequeña cruz entre las manos.”

Representaciones de diversas cofradías ofrecieron sus estandartes. Se recibieron infinidad de ramos de flores enviadas por amigos, aficionados y entidades. Comenzó el desfile del pueblo ante el cadáver del ídolo caído ya colocado en su ataúd definitivo.
Sobre las cuatro y media llegó la madre de Manolete, procedente de San Sebastián donde estaba de vacaciones. La entrada de doña Angustias, a la capilla ardiente fue patética y nunca la olvidaran los allí presentes. Escribió el periodista amigo:

“Entonces se produjo una escena desgarradora que impresionó a los presentes. Doña Angustias se abrazó fuertemente al cadáver de su hijo, para romper en un torrente de sollozos y lamentaciones.”

¡Angustias, Angustias Sánchez; Angustias de las angustias: “Un Miura me lo ha matao”

Acompañaban a la madre del torero familiares, compañeros, amigos y la madre de Carlos Arruza.

La hora del entierro se fijó, en principio, para las diez y media de la mañana del sábado día 30; pero hubo de retrasarse a las cinco y media de la tarde.

Al diestro cordobés le fue concedida la Cruz de Beneficencia, a título póstumo, en atención a los méritos por contribuir, con su maestría, valor y desinterés a la celebración de corridas benéficas. Se la impuso el Marqués de la Valdavia al salir el féretro de su domicilio camino del cementerio. En la iglesia parroquial de San Nicolás de la Villa se celebraron los funerales por el alma de Manolete.

Terminados los oficios religiosos el cortejo fúnebre prosiguió su camino, en tarde nublada y lluviosa, por las principales calles de Córdoba que fueron testigo de la presencia de Manolete cuando estaba en su ciudad natal; plaza del barrio de la Merced, Santa Marina y centro de la ciudad.

Al llegar al coso taurino de Los Tejares, se hizo la primera parada en recuerdo de los grandes triunfos obtenidos por el diestro de Córdoba en esa plaza. Siguió el cortejo hasta el Campo de la Merced, calle Mayor de Santa Marina, Puerta del Colodro y Plaza de la Lagunilla, en donde en el número 49, se hizo otra parada, para rememorar las primeras andanzas taurinas de Manolete.

Posteriormente el féretro pasó a un coche fúnebre tirado por cuatro caballos camino del cementerio de Nuestra Señora de la Salud donde el cadáver de Manolete fue depositado, en noche ya cerrada, en el panteón de la familia Sánchez de Puerta, amigos íntimos del cordobés, hasta la construcción del mausoleo que hoy se puede admirar.

José Luís de Córdoba escribió:

“El gentío regresó del cementerio como anonadado. Córdoba quedó muda –como transida de dolor- sumida en un silencio impresionante.”

Manolete puso a su vida el punto final de gran torero. Había muerto en una plaza de toros como Joselito, como Granero, como Ignacio Sánchez Mejías. Torero de hoy con valor de ayer. Torero de romance. Y para final la Inmortalidad.