jueves, 5 de agosto de 2010

Con arenas del Calicanto bautizaron“La dinastía Bienvenida en Venezuela” / Por El Vito

La señora Rosa Elena Gómez vierte sobre el documental, arenas del Calicanto, el suelo sobre el que se erige la Plaza de Toros de Maracay. Un magnífico remumen cinematográfico sobre la presencia de La Dinastía Bienvenida en Venezuela.
En la foto de Iván Buznego los señores Vicente Lozano, Nelson Hernández, Rafael Dupuoy, la señora Rosa Elena Gómez, el matador de toros César Faraco y Juan Florencio Dupuoy Gómez.

En reunión organizada por el Círculo de Amigos de la Dinastía Bienvenida, que tuvo por motivo la presentación del documental, se reunieron aficionados a la más hermosa de las fiestas en la sede de la Peña Aficionados de Caracas.

EL VITO
Caracas, VENEZUELA
Rosa Elena Gómez, hija de don Florencio Gómez Núñez, acompañada por sus tres hijos, Juan Florencio, Miguel y Rafael, regó con arena del Calicanto, piso del ruedo de La Maestranza de Maracay, el documental cinematográfico realizado por los nietos de don Florencio Gómez Núñez sobre la dinastía torera Bienvenida en Venezuela.

Fue esta ceremonia la apertura del acto en La Castañuela, organizado por el Capítulo Caracas del Círculo de Amigos de la Dinastía Bienvenida en unión de la Peña Taurina Aficionados de Caracas, reunión que sirvió de marco y pretexto para dar a conocer este valioso documento para la historia taurina y política de la nación.

Nelson Hernández, presidente del Capítulo Caracas, junto a los doctores Nilson Guerra y Enrique Barrios Barrios se encargaron del riguroso protocolo que ordenó la realización de los actos.

Vale señalar los valortes de excelencia y exactitud revelador por el valioso documental, que además de narrar los hechos que relacionan a la Dinastía Bienvenida con Venezuela, introduce a los aficionados a lo que ha sido en la historia el aporte de los toreros que tras la huella del banderillero extremeño Manuel Mejías Luján, honrando el nombre de Bienvenida, han hecho a la más hermosa de las fiestas que hoy se encuentra herida y dolida por la pérdida de su Barcelona querida.

Los primeros compases de tan sentido concierto de emociones fueron las palmas a las cerradas ovaciones dedicadas por el pleno de asistentes al matador de toros César Faraco, torero venezolano forjado en la Casa Bienvenida a la vera de Ángel Luis y Juanito, bajo la supervisión de Pepe y de Antonio pero conducido por don Manuel Mejías Rapela, “El Papa Negro”.

Rafael Enrique Casals y Vicente Lozano Rivas, dos grandes aficionados, junto a una larga lista de taurinos, revivieron las emociones de la primera época del Maracay taurino y del histórico trajinar por los ruedos del mundo de las monteras de la famosa dinastia.

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